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Carlos Herrera  

La historia del día en 'Herrera en COPE' 

COPE

Aquella madrugada del 19 de marzo de 2015 se convirtió en la última que José Antonio pudo ver. Un cliente le sacó los ojos. El juicio comenzó ayer.

Según este taxista de 58 años, pasadas las tres y media de esa madrugada, recogió a un joven a la salida de una discoteca en las inmediaciones de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.

Le pidió que lo llevara a Ontinyent, una localidad a 83 kilómetros de la capital valenciana.

José Antonio le comentó el abultado importe que le iba a suponer la carrera. Sin embargo, el joven le indicó que llevaba dinero suficiente y para demostrárselo le enseñó su cartera.

En las inmediaciones de la población, el taxímetro marcaba 97 euros. Y entonces comenzó la discusión y la agresión.

El joven trató de salir del coche y, cuando el taxista le cogió del brazo para reclamarle el dinero, le saltó directamente a los ojos “como un gato”.

Le clavó los dedos hasta que un ojo estalló. El otro no sufrió las mismas heridas, pero fueron suficientes para dejarlo completamente ciego.

Desde aquella maldita madrugada vive en un infierno. Lo dijo ayer en el juicio: “Desde entonces, soy un muerto viviente”