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Carlos Herrera  

La historia del día en 'Herrera en COPE' 

COPE

Claudia Ruf tenía 11 años en 1996.

Un día de mayo, salió a pasear al perro de un vecino, en la pequeña ciudad alemana de Grevenbroich. El animal regresó. Ella, no.

Dos días después se encontró su cadáver a 70 kilómetros al sur de esa localidad. La niña había sido violada y estrangulada y rociada con gasolina. Estaba parcialmente quemada.

Nadie fue acusado de su muerte.

Ahora, 23 años después de ese atroz crimen, la policía alemana ha empezado a recoger muestras de ADN de unos 900 hombres con la esperanza de resolver este suceso.

Un portavoz de la policía ha dicho que el caso se ha reabierto tras aparecer nuevas pistas.

Es poco probable que el asesino ofrezca su ADN, pero los investigadores esperan que un pariente pueda someterse a esa prueba y les lleve hasta el autor del crimen.

El análisis de las muestras tardará entre cuatro y ocho semanas.

El padre de la pequeña ha hecho un emotivo llamamiento:

"Después de más de 23 años, hay una gran posibilidad de resolver el triste destino de mi hija. El autor del crimen ha sido capaz de esconderse detrás de nosotros demasiado tiempo".