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Carlos Herrera  

 

COPE

El periodista Manuel Trallero ha publicado junto a Josep Guixà el libro ‘Pujol: todo es mentira’, en la que repasa la infancia y juventud del expresident de la Generalitat

El periodista y escritor que durante muchos años trabajó en la Vanguardia, Manuel Trallero, ha escrito junto a Josep Guixà el libro ‘Pujol: todo era mentira. Una obra que no analiza la figura de Jordi Pujol en su etapa como president de la Generalitat entre 1980 y 2003, junto a los avatares y complicaciones que le han ido sucediendo tanto a él como a su clan. Hace referencia a un Pujol anterior que bien podría explicar su comportamiento posterior, entre 1930 y 1962. Durante años parecía un ser intocable. Apabullaba, presionaba, quería impresionar siempre al que tenía delante. Trallero ha pasado por los micrófonos de 'Herrera en COPE' para analizar junto a Carlos Herrera los intríngulis de una de las figuras clave en la política española del último tercio del siglo XX.

Para Trallero, Pujol se inventó realmente su propia biografía: “Se había inventado su biografía y memorias. Nosotros solo nos hemos fijado en las primeras 150 páginas del primer volumen de sus memorias. Se ha inventado toda la biografía, al menos en lo que respecta desde 1930 a 1962.

Uno de los motivos por los cuales se inventó su propia biografía, fue su padre: “Pujol decía que su padre era un bolsista independiente, lo cual es otra mentira. El padre utilizaba la actividad en la Bolsa como una simple tapadera. El padre era socio del judío David Tennembaum y las actividades que llevaban a cabo eran completamente ilícitas. Se dedicaban al tráfico de divisas y de diamantes. Eran todos negocios francamente muy oscuros, muy sucios.

En la obra, Trallero y Guixà tratan de explicar dónde se origina la famosa herencia a la que invoca Pujol. El origen es fundamentalmente de estas actividades ilegales de su padre y el socio: “Se conocieron en una casa de cambios que había al final de las Ramblas de Barcelona y era donde acudían todos los marines cuando desembarcaban en la ciudad, y eso era un negocio fabuloso y millonario.

Cuanto más se conoce el personaje, más resulta imposible creer en lo que se llegó a convertir: “Pujol engañó a quien quería ser engañado. Es una mentira que los catalanes hemos comprado porque quisimos ser engañados. Era un timador. Pujol llegó a creerse sus propias mentiras. Con doce años padece una enfermedad mental que llegó a convertirse en una obsesión, pero esto no quita su clarividencia. Con 17 años escribió una carta donde está plasmado todo su programa político, incluida la xenofobia. Ya había previsto que había que hacer un programa populista, sin florituras intelectuales que hacía la resistencia cultural al Franquismo. Sabía que lo que había que hacer era el ‘Patufet’ (una revista infantil catalana), y el patufet de hoy en día es TV3. Es decir, lo que había que hacer era populismo, nada de elitismo.”

Una base ideológica que décadas más tarde le llevaría a gobernar con mayoría absoluta durante varias Legislaturas la Generalitat de Cataluña, haciendo uso del victimismo de los catalanes: “El nacionalismo tiene una base sentimental, y Pujol encarnaba la Cataluña victimista que había perdido la guerra, y así se presenta a las elecciones, como encarnación de la víctima. Pujol era Cataluña. De hecho cuando la prensa osa a meterse con sus hijos, decía que quien se mete con sus hijos se mete con él y por tanto se mete con Cataluña.

23 años de gestión con más luces que sombras y que, para Trallero, no servirá para que Jordi Pujol pase a la historia: “De Pujol no quedará nada, su obra desaparecerá. Su aportación fueron los Mossos, la escuela catalana y TV3, y todo ello tienen un futuro muy complicado.

Tampoco pasará a la historia como banquero. De su etapa al frente de Banca Catalana, basta esta anécdota: “Trató de vender el banco a otro banquero catalán, y cuando Pujol le enseñó la contabilidad de Banca Catalana, el posible comprador le dijo yo continuaré votándote siempre, pero nunca te compraré el banco.

El autor de ‘Pujol: todo era mentira’ también ha hecho alusión al papel que desempeñó la esposa del expresident, Marta Ferrusola, en su vida política: “Durante mucho tiempo para saber lo que realmente pensaba Pujol había que preguntar a Ferrusola, porque fue la verdadera voz de Pujol.

El libro ha sido editado por la editorial andaluza ‘Almuraza’. Y es que como no es difícil de imaginar, las editoriales catalanas se han negado a publicar la obra: “Ni tan siquiera se han puesto al teléfono. Te digo más, el director de La Vanguardia ha prohibido hablar de mi libro.

 

COMPRAR EL LIBRO“Nuestro propósito ha sido desenmascarar a Pujol precisamente en cuanto se refiere a aquella época, la menos conocida de su vida –no le faltan motivos para esconderla, tal como veremos– y que resulta fundamental para hacerse una idea cabal del personaje y poder interpretar su actuación posterior. Es en sus años de infancia y de juventud donde están muchas de las claves para descifrar su existencia. Él mismo afirmó en relación a esta época que «este primer volumen [de sus Memorias] explica cómo se fue creando una personalidad». Es la llave de paso a su pensamiento y acción política, pues, como dijo él mismo, «no se podría entender nada de mi quehacer político y social sin estos antecedentes».

Los periodistas Josep Guixà y Manuel Trallero han indagado durante más cinco años los antecedentes familiares, infancia y juventud de Jordi Pujol. Su investigación sobre un periodo clave para la formación de la personalidad del expresident de la Generalitat, depara resultados asombrosos. Una tras otra, como fichas de dominó, van cayendo todas las falsedades y leyendas con que Pujol construyó su mito y alcanzó el poder. A partir de este libro, el ex molt honorable no podrá volver a repetir con displicencia, como hizo en una de sus comparecencias en el Parlamento de Cataluña, por la falta de información de los diputados, «dicen, que dicen, que dicen...». La conclusión solo puede ser una: alguien con el infinito desprecio de Pujol por la verdad ni puede ser un demócrata ni puede creer en la democracia.

Una rúbrica inesperada a una vida irrepetible, la de un político e historiador vocacional que logró inventarse su biografía.