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Carlos Herrera  

La historia del día en 'Herrera en COPE' 

COPE

Tuvieron una relación platónica de cartas y llamadas que arrancó en la sauna de un hotel 

Alto, orondo y de apariencia más bien gris. La figura imponente de Helmut Kohl sigue en la memoria colectiva, como padre de la unificación alemana. Dos años después de su muerte, el histórico canciller continúa siendo una caja de sorpresas. En realidad, siempre lo fue. Nadie pudo prever que aquel hombre anodino gobernaría durante más años que los carismáticos Adenauer o Billy Brandt. Pero lo hizo. Y, entre tanto, tuvo una agitada vida amorosa que todo el mundo conocía, pero nadie comentaba.

Ahora, una de sus amantes ha contado, en un libro, con todo lujo de detalles, el affair que mantuvo con el canciller cuando ella sólo tenía 28 años... Corría 1990, el año de la unificación, cuando Beatrice Herbold estaba de viaje y paró en un hotel del estado de Salzburgo. Beatrice decidió descansar en la sauna y, al abrir la puerta, allí estaba el canciller. Desnudo, acompañado de su equipo de seguridad.

Ella se sonrojó, pero él, divertido, no se inmutó y le pidió que no se fuera. Beatrice se pasó todo el rato mirando al frente, para no toparse con la anatomía de Kohl. De aquella escena surgió una relación platónica de cartas y llamadas, hasta que, años más tarde, en el mismo hotel, él la besó en el ascensor.

El libro contiene otras escenas tórridas, como el primer encuentro en el apartamento de ella o el baño en la piscina de la cancillería. Kohl dejó a Beatrice, sin darle explicaciones, tras perder el poder. Dos años después, la cuarta esposa de Kohl se quitó la vida... Todavía tuvo tiempo de casarse por quinta vez y de que se hablara de una nueva amante. Caramba con Kohl...