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Carlos Herrera  

El presidente en funciones reúne este lunes a la Ejecutiva del PSOE con la vista puesta en la investidura 

COPE

 

Señoras, señores, me alegro. ¡Buenos días!

 

Como el que no quiere la cosa ya son las 8 de la mañana de un 2 septiembre del 2019, día en el que esta cadena de emisoras comienza una nueva temporada con todas las ilusiones renovadas después del verano, el síndrome postvacacional y todo lo que le cuelga. Absolutamente renovada para conquistarle a usted y a cuantos más mejor en este programa, por ejemplo, entre las 6 de la mañana y la 1 en punto de la tarde en el que le contamos las cosas que pasan en este día de lunes.

Los lunes, ya saben que para los que hacemos este espacio, son primorosos. Es el día del primor. Para otros es un día duro, particularmente hoy, la vuelta, el reencuentro con las cosas de cada día, el que tenga cosas de cada día. Hay otros que no tienen ni cosas de cada día, pobres míos, así que celebremos que tengamos un lugar a donde volver, un lugar a donde volver a trabajar, y hacer las cosas que no pudimos hacer en los últimos meses.

En el día de hoy le venimos contando todas las cosas, la mayoría de las cosas que pasan y que son importantes. Una de ellas con el nombre propio de Blanca Fernández Ochoa. A esta hora, dentro de muy poco se van a reanudar las operaciones de rescate, de búsqueda, fundamentalente de esta mujer que desapareció hace algo más de una semana.

Fue a hacer, al parecer, senderismo por la zona del Valle de la Fuenfría, Cercedilla, lugar, por cierto, muy bello para hacer senderismo, pero no se sabe nada de ella y lógicamente se tiene mucha inquietud.

El panorama es, yo le vengo diciendo esta mañana, hemos hecho antes una resta Pilar, que nos ha llevado rato porque, oiga, es de aquí al día 23, hemos dicho otra vez, ¿qué es lo que pasa en teoría? Es el límite. Si no alcanzan un acuerdo antes de esa fecha nos vamos el 10 de noviembre a elecciones impepinablememte. Bueno, pues de aquí al 23 quedan 21 días. ¿Y harán en 21 días lo que no hicieron en dos meses? Ah, no se sabe.

Hoy Pedro Sánchez presenta a los suyos una especie de programa después de haber hablado con todas estas asociaciones estupendas, que no respiran de progres que son, pues ha preparado un programa electoral realmente que es lo que es, que puede ser genial o una filfa, ya lo veremos cuando lo conozcamos. Y con ese programa electoral pretende Pedro Sánchez que lo que no consiguieron una Vicepresidencia y tres Ministerios lo consigan ahora. Es el apoyo de Podemos.

Miren, entre usted y yo, no nos vamos a engañar, a Sánchez no solo no le asusta sino que le encanta la posibilidad de unas nuevas elecciones siempre que se visualice que la culpa es de Iglesias, que Iglesias no está por la labor porque él cree que va a ganar más y, seguramente, va a ser así, más escaños y los va a perder Podemos.

No obstante, por muchos que gane el PSOE y por muchos que pierda Podemos, Podemos seguirá siendo necesario, así que mucho tienen que cambiar las cosas para que el diagnóstico sea otro. Como les he dicho, se ha inventado el programa común y con eso les quiere convencer.

¿Qué puede hacer Pablo Iglesias?

Yo he invitado a Pablo Iglesias a este programa. Hoy no ha podido venir por diversas razones, pero ha prometido estar aquí. ¿Qué es lo que yo le habría dicho a Iglesias si...? Bueno, ha prometido o lo ha, en fin, me ha asegurado... ¿Qué es lo que yo le preguntaría hoy a Iglesias? ¿Cree que se equivocó Iglesias cuando rechazó la oferta de la Vicepresidencia y tres Ministerios porque de haber aceptado hubiera sido muy interesante ver qué se había inventado, qué se inventaría Pedro Sánchez para no pactar con ellos? Aunque solamente fuera para haber llevado hasta el extremo esa atención, pues a lo mejor hubiera sido interesante.

Y ahora, cuando le presente ese programa común de izquierda, ¿qué puede hacer Iglesias? Hombre, decir que no, asumir que él es el malo de la película y que toca ir a elecciones. Con una salvedad, que aunque baje en número de diputados, que seguramente bajaría, seguiría siendo necesario, seguiría siendo imprescindible, volverían las negociaciones al punto cero, podría decir que sí, si él me hiciera caso, que desde luego le conviene no hacérmelo, yo le diría que sí.

¿Por qué?

Hombre, tú le nombras presidente del Gobierno a Sánchez, pero podrías achicharrarle. Yo te hago presidente pero te chicharro y, además, tengo la llave. El día que yo quiera caes.

No pierdan ustedes de vista varias cosas que se juntan en esta realidad: la sentencia del Supremo que, seguramente, no... Bueno, parece que no coincidiría con unas elecciones, pero que si es condenatoria pone muy difícil el apoyo por abstención o no de independentistas catalanes a un Gobierno de Sánchez; una recesión económica que quieran o no, la nieguen o no la nieguen, planea como un murciélago impertinente sobre nuestras cabezas; y otro escenario, el escenario del Brexit, que nos olvidamos, pero hay un animal ahí en Gran Bretaña, un animal muy inteligente que es Boris Johnson que quiere una situación extrema de crack que va a mandar a los británicos al desván, pero a nosotros nos va a hacer alguna pupa. Es decir, con toda esa situación es complicado, eh, aclarar un futuro político.

Miren, hoy ha publicado un tweet, hoy o ayer, Pablo Iglesias en el que dice, en el que evoca el combate de boxeo entre Clay, Cassius Clay, Muhammad Ali, y George Foreman en el que los integrantes, los integrantes, los espectadores de Zaire, de Kinshasa, la Kinshasa de Mobutu, apoyaban a Muhammad Alí y decían: “Mátalo”. A George Foreman, que era el campeón del mundo, que era mucho más fuerte, estaba más en forma, más joven, todo. Y todos daban por hecho que le iba a noquear en cualquier momento. Alí o el valor de la paciencia.

¿Por qué dice eso?

Klei Alí llegó como perdedor a Kinshasa, estuvo un mes adecuándose al calor del zaire, entrenando en el mismo gimnasio que Foreman, asustado cuando llegaba y veía el saco que había golpeado Foreman con los dos agujeros que le había hecho cada día. Y utilizó una técnica: la resistencia. ¿Qué hizo Muhammad Ali? Guarecerse en las cuerdas, cerrar los antebrazos, los brazos, los puños en la cara y aguantar el vendaval de guantazos que le dio Foreman. Mucho más fuerte, mucho más joven.

Para eso hace falta tener mucha resistencia, es decir, no ser un cualquiera, que Alí no lo era. Alí había perdido el campeonato mundial porque no había querido ir a la guerra de Vietnam. Y este era el sonido. Un golpe, otro golpe, más golpes, en un momento determinado responde Alí y tumba a Foreman. Era el octavo asalto, había pasado Foreman todo un combate descargando golpe sobre Alí, no le había tumbado, de hecho cuando le daba en la mandíbula, Alí se agarraba a él y le decía a la oreja: “¿Eso es todo lo que tienes para darme, George?”.

Por cierto, acabaron siendo amigos inseparables Foreman y Alí, pero ganó Alí, resistió, venció. Había que tener buena madera para eso. Eso es el símil que ha buscado Iglesias. Tiene unos cuantos días para aguantar todos los golpes que le va a soltar Pedro Sánchez. ¿Caerá? ¿No caerá sobre la lona?