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Carlos Herrera  

UPN se abre a facilitar la investidura de Sánchez a cambio del Gobierno de Navarra 

COPE

 

Señoras, señores, me alegro. ¡Buenos días!

 

Ya es jueves. Es jueves. Es 6 de junio del 2019. Han bajado las temperaturas, eh. Han bajado un gordo en algunas zonas más que en otras, claro. Por allá por el norte, además, entre que llega la borrasca Miguel, que es una suerte de ciclogénesis explosiva, desagradable, con vientos muy fuertes, que se van a notar especialmente en el oeste de Galicia y luego, a lo largo del día, pues hasta llegar al Alto Ebro y más. En fin, Pirineos, el Cantábrico... Y el resto del país despejados.

Les hablamos desde COPE Rocío, desde la aldea de El Rocío, donde realizamos los programas hoy y mañana también, el del día lunes, el día en que la Virgen sale en procesión, la Virgen del Rocío. Por la aldea marismeña va a ver las hermandades, los simpecados de las hermandades que le van a rendir homenaje. Son tres días intensos de alegría, de jolgorio, de fe, de espiritualidad. Como dijo el gran Tico Medina, siempre me gusta referir esa frase que describió perfectamente este fenómeno: “Es la estampida de la fe del Rocío”.

El desembarco de Normandía

Bien, verán ustedes, hoy hace 75 años a esta hora, un poquito antes, estaba apunto de comenzar el desembarco de Normandía. Las 6:30 del día 6 de junio de 1944, 160.000 soldados de 30 nacionalidades diferentes, iban 1.200 aeronaves, 5.000 barcos, fíjense ustedes de la dimensión de la que estoy hablando, se disponían a tomar las costas de Francia para echar a los nazis de Europa Occidental.

Eran miles de soldados, muchos de ellos eran unos chavales. Hacia meses eran simple civiles, estaban en su casa. Fueron llamados a filas y ya estaban viendo las playas de Normandía desde las barcazas que retrataron fotógrafos como Robert Sargent o la película de 'Salvar al soldado Ryan', cuando abren el portón de esos anfibios, empiezan a salir soldados y empiezan a recibir balas que no saben de donde venían y morteros y tenían que correr 100 metros en una playa hasta ponerse al abrigo.

Y no sabían si la bala les iba a encontrar o no les iba a encontrar. Agazapado en una lancha, el agua salada salpicando tu cara, los gritos del jefe, los ataques de pánico y tíos que van cayendo a tu alrededor mientras tú vas corriendo porque no sabes desde dónde te disparan. La resistencia fue brutal en la playa de Omaha. Y eso que era una operación secreta que tenía que coger a los nazis por sorpresa. Pero hasta 4.000 hombres perdieron la vida en aquella playa. 4.000 hombres en un pandemónium en el que pasados los primeros segundos, era una cuestión de fe entregarse a la providencia.

Miren, hay testimonios que hemos recordado esta mañana, como el de Heidi McCann, que estuvo a cargo de uno de los vehiculos anfibios que transportó tropas estadounidenses hacia la playa: "Cuando estábamos a unos 275 metros de la playa y comenzaron a dispararnos, hasta ese punto pensábamos que podía ser sencillo, pero no estaba preparado para lo que iba a pasar en los otros 100 metros. Perdimos 2.000 compañeros en la primera oleada, nos golpeaban pedazos de cuerpos, cabezas que volaban, intestinos que se esparcían por toda la playa al lado de los cuerpos. Al final, aquellos soldados tomaron las cinco playas, los nazis retrocedieron hacia el interior y, a finales de agosto, las tropas aliadas en suelo francés eran más de tres millones ya".

Bueno, cuando Estados Unidos e Inglaterra golpean en Normandía luego, por otra parte, por el otro frente, en frente ruso batallas como Stalingrado, están haciendo un trabajo de resistencia casi sobrehumana en aquella medida que, como a Napoleón, le costó a Hitler también la guerra, el meterse y que le cogiera el invierno, el general invierno en Rusia sin tomar Moscú. Luego ya vino Japón, que bombardeó Pearl Harbour, la base norteamericana y ya lo jodió todo.

Entonces Estados Unidos entró en la Guerra. Y Estados Unidos trajo a las playas europeas a sus hijos, a sus hombres, a morir en una causa para frenar el nazismo, que era un problema europeo, como habían hecho en la Primera Guerra Mundial. Pusieron muertos. No fueron los únicos muertos, pero pusieron muchos muertos los norteamericanos.

Y como consecuencia de todo aquello nació en la Unión Europea para evitar, precisamente, para evitar situaciones como la que provocó aquel loco de bigote cortito en Alemania. La Unión Europea que hoy todavía trancas y barrancas sigue con el ataque de algunos “euro-idiotas”. El “euro-idiota” es una especie fascinante que, como saben ustedes, se da mucho en este continente. Seguramente hay idiotas africanos, idiotas americanos y así. Pero el “euro-idiota” es fantástico tirando piedras a su propio tejado