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Carlos Herrera  

 

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La actualidad económica en 'Herrera en COPE' con el profesor Gay de Liébana.

 

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Cruce de caminos en el futuro de Europa

Europa necesita impulsos. Europa, la vieja y anquilosada Europa, que se debate entre su ser y no ser, entre mantenerse unida y recia o romperse, en un primer paso, a través del Brexit, está falta de nuevos aires y de frescura, de mucha lozanía, porque su ambiente anda, cuando menos, entre cargado y enrarecido, como si de un tiempo acá hubiera perdido su brújula. Tal vez no valoramos la energía de la Unión Europea. La Europa de los 28 es la segunda gran potencia económica mundial, con 15,9 billones de euros de producto interior bruto (PIB), por detrás de Estados Unidos, cuyo PIB roza los 17,4 billones, y por delante de China, con un PIB de 11,3 billones de euros.

Sin embargo, esta actual Europa adolece de falta de empuje, carece de liderazgos que le marquen el paso, acumula ínfulas populistas y está permanentemente cortejada por los extremismos y los nacionalismos como protesta por la parálisis económica de las abofeteadas clases medias… Europa ha devenido en burocratizada hasta la saciedad, un tanto inoperante, enfermiza y posesa con infinidad de leyes superfluas y reglamentaciones sencillamente inútiles a modo de obstáculo para su propio desarrollo… ¡Y Europa está endeudada!, con 12,7 billones de euros de deuda pública, el 80% del PIB de los 28 Estados Miembros En esta Europa donde los ceremoniales y el orden y apetencias de las jerarquías políticas eclipsan bríos económicos y que, de no remediarse, va camino de convertirse en un parque temático al estilo de Pompeya, de los vestigios del imperio romano y de las ruinas de la antigua Grecia, anida la Unión Económica y Monetaria – la Eurozona -, con un PIB superior a los 11,5 billones de euros, por delante de China, y una deuda pública de casi 10 billones de euros, más del 85% de su PIB.

Europa necesita reactivar sus estructuras y renovarse a fondo para seguir ejerciendo un papel hegemónico. ¿Quién tirará del carro europeo? Ésta es la gran pregunta para quienes vemos a una Europa algo desmoronada, con falta de nervio, apocada y sin carácter, más en plan víctima de los grandes conflictos que azotan el panorama geopolítico que líder de un mundo que está revuelto. Y si no se reacciona a tiempo, nuestro futuro europeo rememorará esplendores de un pasado que no volverá, evocando utopías… ¡Y de recuerdos y de glorias pasadas, lamentablemente, no se vive!