noticia
 
 
Carlos Herrera  

La historia del día en 'Herrera en COPE'

COPE

Muchos lo ven como una forma ecológica de aprovechar los cadáveres humanos

No es humor negro, pero en el estado de Washington quien lo desee, una vez muerto, puede servir para abonar las flores. La Ley de Composta Humana, que así se llama, ya ha sido aprobada por el Senado y sólo necesita la firma del gobernador.

La medida cuenta con numerosos adeptos en Estados Unidos que entienden que es una forma ecológica de aprovechar los cadáveres humanos. Prefieren formar parte del compostaje de un jardín floreciente o un campo de patatas que descomponerse en un ataúd bajo tierra o convertirse en cenizas.

La mayor impulsora de esta nueva ley es Katrina Spade, que ha ideado el proyecto “Muerte urbana”, que garantiza que un cadáver se puede convertir en abono fértil en tan solo 30 días. El proceso es muy sencillo. Consiste en dejar al difunto entre 4 y 7 semanas a una temperatura entorno a los 55 grados.

El calor provoca que las bacterias y microbios aceleren su ritmo vital y sean capaces de descomponer a mayor velocidad los restos humanos. El resultado son dos carretillas de abono orgánico.

En Washington, ya no dirán: “Polvo eres y en polvo te convertirás”, sino: “Polvo eres y en abono te convertirás”.