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Carlos Herrera  

 

COPE

El actor estrena el 22 de marzo “Dolor y Gloria”, dirigida por el cineasta manchego

Antonio estaba tomando algo en el Café Gijón. Era 1981. En una hora comenzaría la función “La hija del Aire” de Calderón de la Barca. El bar estaba abarrotado de otros actores. Justo antes de salir por la puerta, un hombre le detuvo, y le dijo: 'Tienes una cara muy romántica, deberías de hacer cine. Adiós'. Antonio se quedó algo extrañado. ¿Quién era ese hombre? Le dijeron que era un chaval que había hecho una película y que no iba a rodar más'. Un profeta del cine, de esos que no llegan a nada.

Se equivocaban. Porque ese hombre que le detuvo, era Pedro Almodóvar. Y el hombre a quien detuvo era Antonio Banderas.

De eso han llovido ya muchos años, 8 películas juntos, la última, la que está por estrenarse el 22 de marzo “Dolor y Gloria”, donde Pedro Almodóvar explica algunas pinceladas de su vida, y Antonio hace la difícil labor de plasmar sus sentimientos: “Es complicado y ha habido que hacerlo por partes, para ir bordando poco a poco, a pesar de ser una película simple”.

Dice ser el Pedro Almodóvar más sincero, “hay algo muy especial y muy austero de esta película y yo quedé cautivado desde que leí el guión”. Una película en la que no pretende imitar a Almodóvar, pero tiene que parecerse a él. “Después de 8 películas juntos, creo entender su mundo”, ha contado este martes en 'Herrera en COPE' Sobre la dirección, dice que Pedro Almodóvar es muy exigente:“El quiere un Banderas nuevo, exige mucho y no podemos usar los trucos que nos hacen sentir cómodos, él quiere moldearte de otra manera”.

Sobre su tierra dice que le da “me da mucha pereza estar residiendo en otro país, pero he lanzado un ancla en mi Málaga, con un teatro, porque si yo soy actor, lo soy gracias al teatro”. Y es que Antonio ha hecho un teatro nuevo, un proyecto que era su sueño, y otro que estará ligado a una escuela, con un convenio, para que salgan futuras promesas de los musicales.