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Carlos Herrera  

 

COPE

Javier Negre nos desvela esta semana en su 'Informe Negre' todas las curiosidades que dejó la manifestación de este domingo 10-F en Colón

Esta semana el Informe Negre se dedica a conocer cómo fue la cocina de la manifestación contra el presidente Pedro Sánchez de ayer. Cómo se organizó y los tiras y afloja durante toda la negociación. La manifestación fue un éxito de convocatoria y con sólo tres días de preparación PP, Ciudadanos y Vox pudieron movilizar, según la organización, a 250.000 personas.

Según las distintas fuentes consultadas, el primer líder que habló de hacer la manifestación este domingo fue Albert Rivera. Sin embargo, el PP más experimentado en la organización de este tipo de marchas le comió la tostada y pidió por escrito permiso a la Delegación del Gobierno de Madrid que no tardó en darle la autorización para celebrar la cita. Ciudadanos aceptó al PP que fuera el convocante oficial y sólo le puso una condición: que las condiciones de la manifestación fuesen pactadas entre el PP y Ciudadanos. Así lo confirmaron altos dirigentes de Vox que sí pudieron sugerirle a Javier Maroto, organizador por parte del PP, varias ideas y así quedaron contentos para sumarse al acto y usar su gran capacidad de movilización. Casado fue el que llamó a Abascal para que se sumase.

¿Qué es lo primero que negociaron PP y Ciudadanos?

Pues el formato. La escenografía del evento. Los discursos. El PP quería un discurso del líder de su formación, de Vox y Ciudadanos apostando por visibilizar esa triple entente constitucionalista que podría desalojar a Sánchez de La Moncloa. Pero la formación naranja se negó, según me confirmaron fuentes de Vox y del PP, porque no querían darle esa visibilidad a Vox y el mismo lugar a una formación sin representación en el Congreso. Entonces quedaron en un canutazo de diez minutos para los medios de cada líder antes de la lectura del manifiesto y en buscar un representante de la sociedad civil.

Buscaban una figura intelectual que fuese incontestable y tuviese aceptación entre todos los públicos que allí se iban a dar cita. Casado propuso al premio Nobel Vargas Llosa que era bien visto por Ciudadanos. El escritor se excusó diciendo que no estaría en España, pero luego curiosamente sí se dio cita en la manifestación. Se barajó la posibilidad de incluir a algún representante de Sociedad Civil Catalana, pero la organización cívica descartó acudir al celebrarse fuera de su ámbito de acción y por ser una protesta contra el presidente del Gobierno. Estuvieron todo el viernes pensando en nombres ilustres, en escritores y finalmente optaron por tres periodistas para ejemplificar la pluralidad.

El PP tiró de teléfono y llamó a conocidos líderes de opinión. Pasaban las horas del sábado y el manifiesto seguía sin ponentes. Ambos partidos comenzaron a proponer nombres, a negociarlos porque algunos fueron vetados y finalmente el PP se decantó por Carlos Cuesta que se había ofrecido a leerlo y María Claver que aceptó con orgullo la propuesta. Ciudadanos optó por Albert Castillón de Antena 3 que ya había protagonizado algún mitin de la formación naranja y que incluso le dieron un toque de atención en su casa.

El manifiesto fue un texto consensuado entre Ciudadanos, PP y Vox. No hubo en ningún momento comunicación entre Ciudadanos y Vox. El PP como ocurrió en Andalucía hizo de árbitro. En Vox tachan ese comportamiento de Ciudadanos de infantilismo y en la formación naranja siguen insistiendo en hacer ese cordón sanitario a Vox.

También hubo un lío con las banderas que portaron las distintas formaciones. Hubo pique porque se acordó que las formaciones sólo iban a exhibir banderas de España para evitar que se politizase el acto. Sin embargo, en la rueda de prensa de Rivera éste se rodeó de jóvenes con carteles de “Stop Sánchez: elecciones ya” banderas de la Unión Europea y LGTBI. Cuando Vox vio aquel despliegue, dio la orden entre sus fieles de desplegar carteles verdes con el mensaje de los golpistas a prisión. El PP fue el único partido que cumplió la normativa y sus dirigentes se enfadaron bastante.

Ha habido mucha polémica con las cifras de asistentes. Negre estuvo en la manifestación y calcula como mínimo 250.000 personas viendo que Génova, Recoletos, Colón y Goya estaban completamente atestadas y comparando con cálculos que ae habían hecho en marchas de otros años. Es de risa que el delegado del Gobierno del PSOE nos diga que solo hubo 45.000 personas. Sólo hay que ver las imágenes cenitales que se tomaron desde el club financiero Génova para ver todas las riadas de gente que había.

Como apunte, en el PP se lamentaron de no haber solicitado los permisos para grabar con un dron y tener toda la panorámica porque nos quedamos sin ver cómo estaba la Castellana y Serrano. Ahí el Gobierno les metió un golito.