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Carlos Herrera  

 

COPE

 

Señoras, señores, me alegro. ¡Buenos días!

 

Ha jarreado esta noche y sigue jarreando. La verdad es que sigue lloviendo. Bueno, sigue lloviendo.. Va pasando la borrasca por encima de la península y va dejando de oeste a este agua, y a medida que pase el día acabará en el este y en el oeste lucirá el sol. Vamos, yo le hablo desde el oeste y ahora mismo el cielo está despejadísimo, pero ha caído la más grande del mundo y así irá cayendo. Bueno es que venga agua, bajan un poco las temperaturas, 5 de noviembre, un día después del santo patrón de la banca y de todos los Carlos y los Carlitos y las Carlas.

Y un día después del patrón de la banca, el Supremo se reúne para ver qué hace con esto de los impuestos de las hipotecas, que fue un lío, un lío glorioso. En un principio decían los magistrados, en su día, que eso lo tenía que pagar el cliente, y hace poco dijeron que lo tenía que pagar el banco, pero la sentencia era tan ambigua, tan difusa, que no aclaraba desde cuándo: si desde antes, si se podía reclamar o si no. Y ahora se reúne para resolver. Se reúne medio Supremo para resolver si ese impuesto lo paga el banco, el cliente o desde cuándo.

El impuesto siempre lo va a pagar el cliente, de forma directa o bien porque el banco incremente el coste de la hipoteca. Es decir, o antes o después. La cuestión es el impuesto en sí mismo. La clave está en si eso tiene retroactividad o no. Si tiene retroactividad, alguien que haya firmado hace 4 años una hipoteca, ahora puede ir y decir: “Deme mi dinero. Deme 3000 €”. Se firman tantas hipotecas en España que eso desestabiliza, crean o no, desestabiliza algunos balances. Puede desestabilizar algunos balances.

Entonces, la sentencia o la aclaración de la sentencia, primero, es aconsejable que sea de forma unitaria empleando el sentido común, clara, no ambigua y que no aumente o no ponga al Supremo en peligro de que se cuestione su prestigio, precisamente, en un momento como este. A lo largo del día iremos viendo.

Ayer una serie de revolucionarios se manifestaron en Alsasua a favor de la dignidad. A favor de la Guardia Civil. A favor de la españolidad de Navarra. En contra de los que, desde el nacionalismo más quedo o más bruto, quieren hacer de aquello una especie de coto privado donde se expandan los diversos salvoconductos a quienes pueden y pueden no venir, pueden y pueden no ir, estar, visitar o vivir.

Y cuando digo que son revolucionarios es porque es que ahora mismo ir a defender a la Guardia Civil a Alsasua es de revolucionarios. Lo otro son contrarrevolucionarios. Ir a vivir, a revindicar la españolidad de Navarra ahora que hay un gobierno que intenta por todos los medios borrarla, hacerse solamente vascos, borrar, incluso, la identidad Navarra, y en ello colabora con aquiescencia el Gobierno central por cuanto necesita sus votos para mantenerse en la Moncloa, ir allí y decir lo contrario es revolucionario. No es agitar el odio.

Y es lo que hizo ayer España Ciudadana, fundación de Ciudadanos, con algunos representantes del Partido Popular y también de Vox, que fueron, se la jugaron porque delante estaban quienes estaban. Es decir, los profesionales de la bronca o bien la tensión o bien el asesinato, porque había asesinos tirando piedras, estiércol, gritos, improperios o haciendo sonar las campanas de la iglesia para impedir la libertad de manifestarse de representantes de la dignidad.

¿Y sabes ustedes lo que ha dicho el Partido Socialista a través de la voz de Ander Gil, que es su representante en el Senado al que, por cierto, hemos llamado pero no nos puede atender porque coge un tren o un avión o un algo parecido? Que es que iban a agitar el odio. Y, además, acusa a los que ayer se manifestaban a no tener que haber mirado debajo de su coche etcétera, etcétera.

Eso se lo dice a Ortega Lara, que estuvo 500 días en un zulo, a Beatriz Sánchez, que les masacraron en una casa cuartel con bombas de ETA, a todos los que han estado mirando... Yo no sé si él ha mirado alguna vez o no debajo del coche. Este vizcaíno, creo, pero vamos... Toda su carrera la ha hecho en Castilla y León. Esta sumisión del PSOE a Podemos es...

¡Es terrible! Es decir, no agitar el odio frente a los que han hecho del odio su vida. Del odio. Del asesinato. Este era un acto cívico de la España constitucional y no se dejaron arrugar por los socios de Sánchez. Es duro decir la verdad. Sí, sí, pero es que los que tiraban piedras, estiércol, insultos, campanas, todos los que había por allí en apoyo de los que masacraron a los guardias civiles de Alsasua, esos son los socios de Sánchez. Bueno, unos de los socios de Sánchez. Los socios de Sánchez tiene lo mejor de cada casa.

Miren, ¿por qué le gusta al PSOE estar en el lado equivocado?

Mire que era fácil callarse, no decir nada. Bueno, pues han ido, se han manifestado, me parece muy bien, adiós. No. No. Se ven en la obligación de salir a vilipendiar a los que han ido a defender a la España constitucional.