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Carlos Herrera  

 

COPE

Al tenista le quedan sólo seis torneos para retirarse

David Ferrer deja la raqueta para siempre. Y lo hará en España en el Conde Godó y en el Mutua Madrid Open. Decir adiós en casa es importante para él. Y es que su lesión en el tendón de Aquiles “me impide el poder tener esa chispa a la hora de moverme, la tengo en ambos tendones y llevo tiempo arrastrandola”. Una decisión para la que hay que estar preparado mentalmente, “ha sido en el momento perfecto porque el año pasado tenía un poco de rabia y odio al tenis”, ha contado este lunes en 'Herrera en COPE'.

Cada año era mas duro, pero Ferrer a lo largo de su carrera ha tenido suerte, "Siempre he conseguido algún titulo, formar equipo en la Copa Davis, el tenis me encanta pero cuando ya no puedes competir con los mejores y arrastras problemas, te lo planteas”, ha dicho. Asegura que todavía se encuentra bien tenísticamente.

Dentro de su dilatada trayectoria, recuerda exhausto el partido de cinco horas contra Kohlschreiber: “Yo creo que aun no me he recuperado”, dice entre risas. También recuerda la final de Miami, con Murray: “Fue el más desesperante con ese match point y el ojo de halcón. Aún siento un poco de angustia”. Mirando a las estrellas del pasado, el tenista asegura que le hubiera gustado jugar contra John McEnroe.

Ferrer ha confirmado a Carlos Herrera que el tenis español es una gran familia. “He coincidido con tenistas con los que he crecido, siempre hemos estado muy unidos. Si no, no hubiéramos conseguido lo de la Copa Davis”, explicaba, Y también la figura del entrenador que “te intenta tranquilizar, te explica una jugada, intenta ver qué es lo mejor para cada momento”. Sobre la cantera del futuro asegura: “Conozco varios chavales que me dan muy buen augurio, no quiero meter presión porque es un camino muy largo”.

Y sobre el futuro de Ferrer, quizá ahora le vean haciendo un safari, como una luna de miel tardía que el tenis no le permitió en su momento. El público le recordará siempre como pasión, sudor, y dientes apretados. Y el epitafio, lo pone él mismo: “Orgulloso”.