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Carlos Herrera  

 

COPE

España le irrita. Solo a veces. Y una de esas veces fue durante la crisis: “me enfadé mucho cuando mientras se vivía de las pensiones de los abuelitos, ningún coche oficial dejó de circular”. Cosas como esas le enfadan a Luis del Val. Pero risa, también le provoca muchas otras cosas. Y sobre todo lo que le provoca, ha escrito en “Mi querida España”.

Asegura Del Val, que “para escuchar un pasodoble hay que esperar a las fiestas patronales o a los toros”. Esa mala relación viene de una apropiación indebida de la dictadura. “Se apropió del folclore, de la bandera, y esa apropiación generó un rechazo”.

Buena parte de su último libro, lo dedica al tiempo. A la siesta, al desfase de horas, a la impuntualidad, a los horarios comerciales. “Se han cambiado las calles, las estatuas, pero el horario que puso Franco, sigue vigente”. Y es que madrugamos como alemanes y nos acostamos como españoles. Sobre la siesta, a pesar de que muy pocos españoles pueden dormirla, hemos convencido al resto del mundo de que es fiesta nacional, pero Del Val asegura en Herrera en COPE que “la siesta es una leyenda”.

Es verdad lo que dice Luis del Val. Que para escuchar un pasodoble, hay que esperar a una fiesta patronal. Pero también puede sintonizar Herrera en COPE. Eso le quita la irritación a cualquiera.

https://www.casadellibro.com/libro-mi-querida-espana/9788467052411/6397367COMPRAR EL LIBRODivertida e irónica reflexión sobre la España actual. Españoles sin complejos.

El periodista y escritor Luis del Val hace un recorrido costumbrista de España con las peculiaridades, usos y prácticas de sus habitantes −a veces contradictorias, a veces exageradas−, que caracteriza la personalidad de nuestro país.

El libro trata temas como las difíciles relaciones de los españoles con su bandera (y con su historia); la costumbre de madrugar como alemanes pero a la vez la de acostarse como mediterráneos; se acerca a aspectos de la gastronomía, de los paisajes y paisanajes; aborda paradojas como la de ser el país con mayor número de donantes de órganos y a la vez ser el país donde el delito contra Hacienda casi es una virtud, o donde el ateísmo es una práctica pero a la vez existe un catolicismo funcional.