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Carlos Herrera  

 

OK DIARIO

Puigdemont elige a Quim Torra para presidir la Generalitat

Carlos Herrera habla en su ‘No sin mi palo selfie‘ de esta semana de Quim Torra, el elegido por Carles Puigdemont para sucederle al frente de la Generalitat de Cataluña por un muy democrático proceso de primarias exprés en Berlín conocido coloquialmente aquí y en Alemania como ‘dedazo’.

El expresident, explica Herrera, “ha encontrado a uno que es todavía más reaccionario, más sectario y, si me apuras, más xenófobo que él, un ‘mini-yo'”, especie que, avisa, “crece y se reproduce de una manera muy extraña”. Sólo hay que recordar que el prófugo es a su vez ‘mini-yo’ de Artur Mas, alguien que en principio parecía una figura temporal, de transición, para finalmente llegar a superarle incluso en su desprecio por la ley y gusto por el poder.

El periodista pone el foco sin embargo en otro asunto que ha pasado más inadvertido pero no es menor: el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena ha enviado un documento de 17 páginas a los magistrados de “Chulchin Cholchin” -también conocido como Schleswig-Holstein- encargados de decidir la extradición de Puigdemont para convencerles de que no se trata de una ‘mera’ malversación de caudales públicos.

Llarena, continúa Herrera, hace “distingos muy importantes entre rebelión y sedición”, con explicaciones tan gráficas que “sólo le falta poner muñequitos para que los alemanes lo entiendan”, y planteando algo básico a sus colegas: “¿Si un alemán llevase a la independencia a un land con dinero privado, no sería delito?” Con esto, se subraya que el delito fundamental en cuestión no es el destino del dinero empleado para la ruptura, sino la propia ruptura.

“La pregunta es clave”, entiende Herrera, ya que Llarena “no quiere aquí” a Puigdemont si no va a poder sentarlo en el banquillo por lo que hizo sino por una derivada castigada de forma sensiblemente más leve.