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Carlos Herrera  

 

COPE

Señoras, señores, me alegro, buenos días:

 

¿Qué tal hombre? ¿Qué tal? Es que me da la risa de lo tarde que es ya. Las 08:00 de la mañana. Hay que ver. Hay que ver... Hay que ver el día cómo pasa y cómo pasan las cosas y cómo se suceden, ¿verdad?. En un día muy... Así, regular, vamos a llamarle regular. Si tuviera que pararme a decirle dónde va llover y dónde no, no habría programa hoy. Porque es que este pueblo sí, en el de al lado no. Día cubierto, día chubascos, luego cambia, luego sale el sol... Y así permanentemente en este 7 de mayo del 2018 que nos trae, ¿qué?.

Pues bueno, nos trajo ayer el fútbol básicamente ese 2 a 2 entre el Barça-Madrid. Y eso que no se jugaban nada, pero era un partido de alta tensión.

Nos trae... Sobre todo nos ha traído el fin de semana que ha sido el emotivo adiós a José María Íñigo. Muy emotivo por parte, fíjense ustedes, de quienes le conocimos y de quienes no le conocimos, de quienes no le conocían. José María era un bilbaíno de libro. Fantástico. Con todo lo que se le pide a un tío de Bilbao. La fotografía perfecta de una persona que se ganaba a los demás con llaneza, franqueza, con gracia... Que sabía hacer muy bien su trabajo. De qué manera fue un gran trabajador y un gran rompedor en todos los momentos de su vida.

Dicen: “Oiga, es que solo había una televisión...” Sí, sí, bueno....Podía haber solo una televisión pero también podía haber hecho un programa que no le interesara a nadie yJosé María Íñigo se metía hasta en la cocina de las familias. Les diría que hasta en el cuarto de baño. Hasta la bañera. Llegaba a todas partes. Y luego, cuando había que competir, también sabía hacerlo bien. Y luego, cuando hubo que reconvertirse, también se reconvirtió bien. Es decir, las cosas que hacía, las hacía a ley, y la gente estaba con él. ¿Quién no ha visto a Íñigo? ¿Quién no se ha sentido cercano a José María Íñigo? Y luego, los que lo conocimos, coincidimos con él en este apasionante trabajo, siempre hemos sentido una sincera admiración. Es mi caso. Sincera admiración por José María Íñigo al que despediremos también hoy a lo largo de esta mañana.

Que es un día en el que la vista puesta en dos frentes si me permiten ustedes: Uno de ellos es el PP de Madrid y la Asamblea de Madrid. Oiga, la Asamblea de Madrid tiene que elegir un presidente nuevo porque la anterior, Cristina Cifuentes, ha dimitido. Eso ya se lo saben ustedes de pe a pa. Esto lleva un proceso y el PP tiene que decidir, que es el partido mayoritario, quién es su candidato. Y eso seguramente lo hago hoy y puede ser Ángel Garrido presidente hasta las próximas elecciones o no, vaya usted a saber. Pero, digamos, que sepa usted que esos trámites hoy comienzan y de eso se va a hablar mañana, ya lo verán ustedes, bastante.

Y luego está el embrollo de Cataluña. Porque eso sí que es un embrollo. ¿Saben ustedes que este fin de semana se han reunido diputados de Junts per Fricando, es decir, los de Puigdemont, en Berlín? Y Puigdemont quiere que le nombren presidente. Y usted me mira, “¿Otra vez? Pero si no se puede”. Y ellos le dirán: “Sí, sí, porque en el Parlamento catalán se ha aprobado una ley que es la ley de presidencia que permite elegir a una persona aunque esa persona viva en Sebastopol”. Y usted dirá: “Pero bueno, eso lo va a recurrir el Gobierno”. Sí, sí, claro, pero a esta gente le da igual.

Esto lo va a recurrir. Hoy hay informe del Consejo de Estado, lo recurre al Constitucional, esa ley se anula, con lo cual la presidencia de Puigdemont no puede ser efectiva a no ser que quieran meter en la cárcel a más gente. ¿Pero esto no le suena usted a haberlo vivido ya antes? Sí, sí, claro, pero a esta gente le da igual porque vive de eso. Vive de ese cuento. Del agua estancada, de la charca, porque eso es una charca con moscas y mosquitos, lagartos, culebras, sapos, renacuajos... Con todo. Y la charca no se vacía porque el tapón está puesto, y el tapón es Puigdemont, y porque vive precisamente de eso. Y no quiere que haya otro presidente porque cuando haya otro presidente, o bien él pasa a ser el jarrón chino en la estantería, que es lo que quiere Esquerra que está de Puigdemont ya que no puede más, o bien consigue que haya un presidente lo suficientemente títere como para que parezca que gobierna él desde fuera. Es decir, que todas las semanas vaya a a verle y le lleve los papeles y haga como que despachan y que luego, además, cuando vaya a comenzar el juicio oral, si coinciden los tiempos porque hace falta un tiempo determinado, convoque elecciones. Vean ustedes el panorama, eh. Si eso es estabilidad política y social que venga Dios y lo vea. Pero mientras tanto se proclama Puigdemont candidato.

Muy bien, ahora saldrá que no. Cuando salga que no volverán a insistir en Jordi Sànchez, y el juez Llarena no le va a dejar. Y entonces ya no podrá ser Jordi Sànchez. Y el reloj sigue corriendo y llega el final, que es entre el 22 y el 24 de mayo. Si no hay un candidato se convocan automáticamente elecciones. Esquerra no quiere. Junts per fricandó, bueno... Dice que no le va mal. A quien le va mal es al resto de los catalanes, pero esto a ellos les da exactamente igual.

¿Es una pérdida miserable de tiempo? Sí, pero, claro, él dice: “Oye, ¿cómo me vais a mí a dejar apartado aquí con lo que he dado por vosotros, que lo he dado todo, que yo estoy en el exilio por vosotros, que tal y que cual? Él defiende sus intereses personales, no los de Cataluña. Él sabe perfectamente que no va a ser presidente de la Generalidad y que va a seguir siendo un vagabundo a no ser que prefiera ser un preso en la cárcel. Y mientras haya un pagafantas, aquí no hay problema.

El problema es que llegas al día 22, y el día 22, a lo mejor, es el último día en el que se puede hacer un pleno en el que se elija a alguien. Ese es el último suspiro. Y entonces ahí, pues nombrar a alguien que pueda ser presidente. Cualquier pánfilo de estos que sale. O bien el que le persiguen en patinete o la de Harvard o lo que ustedes quieran. Esa sería la.... Y mientras tanto, a perder el tiempo. A perder el tiempo. Y, sobre todo, a intentar conseguir que Cataluña no sea una comunidad autónoma de España. Si tú levantas el 155 como consecuencia de que hay un Gobierno, Cataluña pasa de ser otra vez... Pasa a formar parte del engranaje constitucional. Has vuelto a hacer de Cataluña una parte de España, que es ahora, igualmente, pero tú ganas ese argumento: Que no llegue la normalidad nunca a Cataluña. Y para eso, violamos la legalidad, hacemos lo que tengamos que hacer. Esto.

Esto y la historia de dos crímenes configuran lo que ha pasado este fin de semana y lo que nos espera para la próxima. La investigación acerca de lo que ha ocurrido. Un asesino a sueldo mata a una mujer delante de su hijo y luego, como saben ustedes, una joven, Leticia Rosino de 32 años, desaparece la tarde del jueves y su cadáver es encontrado poco después, de madrugada, con signos de violencia. Se detuvo a un pastor porque lo denunció un hijo. Luego resulta que el pastor no tenía nada que ver, y el que tiene que ver, al parecer, según las investigaciones, es el hijo de 16 años que está a buen recaudo. Mientras Leticia fue enterrada ayer tras un funeral en su localidad local de Tábara.