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Carlos Herrera  

 

COPE

Señoras, señores, me alegro, buenos días:

 

Bienvenidos al Cine Teatro Albéniz, aquí en el centro de Málaga, al lado del monte de Gibralfaro, al lado del teatro romano, de la alcazaba, del centro histórico, la Plaza de la Merced. Aquí les esperamos esta mañana, al fondo hay sitio y les doy las gracias a las 10 -12000 personas que desde primera hora de la mañana están aquí con nosotros, y a los que les voy a dar un aplauso yo a ustedes mismos. Muchísimas gracias. Muy amables.

Espero que se entretengan esta mañana informativamente hablando. La mañana no es sencilla. Bueno, no es sencilla. Alguno dirá: “No, oiga, se lo pone muy fácil a los que tienen que contar la actualidad”. Es posible. Es posible.

Hoy, fíjense, que hay noticias para contar, como veníamos diciéndo desde las 06:00 de la mañana. Solamente el acuerdo entre el PNV y el Gobierno para hacer lo que decía el Gobierno hace exactamente 4 días que no se podía hacer, que es subir las pensiones en función del IPC, pues es una noticia importante.

Claro, esto cuando decían: “Miren, lo que ustedes pretenden”, le decía el Gobierno a la oposición, “es un freno al crecimiento económico, colapsa el sistema de las pensiones, etcétera, etcétera”. Han llegado a un acuerdo con el PNV y ya no es ninguna de esas cosas. Entonces, ¿cuándo nos decían la verdad? ¿Antes, ahora, en medio, nunca?

Por demás, el asunto de Cristina Cifuentes. La dimisión como presidenta de la Comunidad de Madrid arrastra muchas incógnitas, preguntas, reflexiones varias que hoy se hacen en todos los medios de comunicación. Ella, por cierto, quiere seguir como diputada al frente del PP de Madrid, pero habiendo dicho Rajoy que empieza una nueva etapa en el PP de Madrid no parece que sea lo más aconsejable.

Las imágenes están siendo investigadas. Las imágenes en las que aparece presuntamente interrogada por un vigilante de seguridad en las que le pide explicaciones sobre algo que aparece en su bolso y que presuntamente habría hurtado Cristina Cifuentes son unas imágenes de 2011. ¿Qué hace posible que unas imágenes del 2011 sean captadas en aquel momento, guardadas, cuando la ley obliga a deshacerse de ellas en pocos días si un juez no las reclama y metidas en un cajón, y en ese cajón guardadas hasta el momento oportuno? ¿Quién? ¿Cómo? Y, ¿por qué? ¿Para qué? ¿Qué previsión tenía el que en aquel momento no siendo Cifuentes más que la número 2 de la Asamblea podía pensar que algún día iba a ser algo esa señora y que merecía tenerlo en un cajón? Si es así, ¿de cuánta más gente tiene en ese cajón? Porque vaya tío previsor.

Esas imágenes, asegura la Policía, no llegaron a la Policía nunca. Se quedaron en la agencia de seguridad llamada Casesa encargada de la vigilancia en Eroski. Esa empresa ya desapareció. Hoy algunas informaciones vinculan al jefe de seguridad con algunos trabajos que se realizaron para ayuntamiento o Comunidad de Madrid en tiempo en los que comandaba alguna de las personas que, por otra parte, se han visto perjudicadas por la toma de decisiones de Cristina Cifuentes en la Comunidad de Madrid. Si quieren ustedes ir ligando cosas, es una cuestión que corresponde... Es su privilegio, pero vamos dejando algunas cuestiones claras.

Hay más preguntas. ¿Por qué sabiendo Cristina Cifuentes que ella había protagonizado un incidente, de momento nosotros conocemos uno, y que ese había sido registrado y que ella misma había declarado que existían por ahí dossieres que andaban, venían con seguimientos, investigaciones que se habían realizado sobre su vida, por qué es tan osada o tan arriesgada para después del problema del máster no dar un paso atrás?

Hay un gran cabreo en el Partido Popular porque dicen los del Partido Popular: “Oiga, es que sabiendo esto, ¿cómo deja que la gente dé la cara por ella durante tantas horas y durante tantos días con aplausos interminables en una convención nacional en Sevilla? ¿Por qué no antes toma la decisión de evitar daños y de demostrar que tiene un control de tiempo razonable? Sobre todo conociendo el PP de Madrid que da la sensación de ser una cueva de espías, además de un partido mugriento por todas las partes donde se le mire, independientemente de la gestión de Cristina Cifuentes al frente de la Comunidad haya sido buena, que lo ha sido. Pero ha sido victima de si misma. Sabiendo que las imágenes circulaban, vuelvo a decir, ¿cómo ha sido tan osada?

Miren, más allá de que, efectivamente, haya que preocuparse por quién guarda esas imágenes y por qué las guarda, hay algunas connotaciones más que realizar en torno a ello: La falta de compasión absoluta. No hay piedad en la política española. Yo no sé en la alemana o en la italiana porque no soy alemán nii italiano, pero en la española no hay piedad porque el caso que analiza este vídeo no es un caso de corrupción. Es decir, que Cristina Cifuentes presuntamente levantara un par de tarros de crema que valen 20 euros, no es corrupción, es un problema de trastorno de una salud personal, de control de impulsos personales, que desde luego tiene tratamiento, y que atestiguan algunos allegados se ha producido con éxito en el caso de esta mujer. Pero nos invita a pensar que el calvario de Cristina Cifuentes no ha comenzado ayer cuando Okdiario publica la información a la que tiene acceso sino cuánto tiempo ha soportado chantaje por ello. ¿Cuántas veces ha hecho o ha dejado de hacer, ha sabido, ha intuido que en su entorno había unos cuantos con la escopeta perfectamente cargada y, además, amenazando?

Reacciones interesantes. Les voy a decir quién ha tenido la reacción a mi parecer más sólida de todos los líderes políticos. Quién ha dicho algo que particularmente yo suscribo particularmente de la cruz a la raya. Pablo Iglesias, el líder de Podemos, que ha dicho: “No hay derecho a destruir a un ser humano. El relevo no lo puede organizar el que ha guardado un vídeo 7 años”, haciendo referencia al Partido Popular. "Porque el máster y Lezo seguramente ya eran suficientes, y en política debe haber limites". Es verdad que luego, también eso deben aplicárselo ellos a sí mismos porque... Pero quedémonos con la literalidad de las palabras que a mi parecer son impecables.

Y les dejo también con una reflexión que ayer me hacía, se lo contaba a las 06:00, un importante ministro de gobiernos socialistas hace algunos años: “Menos mal que no estoy en política”. Porque seguramente alguna vez he cruzado un semáforo en rojo y alguna cámara me ha filmado.

Pero, ¿cómo se pueden destruir vidas de esa manera? ¿Ustedes se imaginan cómo va mañana Cristina Cifuentes al Corte Inglés a comprar gomilla para los calcetines? ¿Se vende gomilla para los calcetines? En fin, lo que vaya a comprar, porque algún día tendrá que ir a comprar a un supermercado, a algún sitio. Claro, la destrucción personal, a veces siendo uno victima de sí mismo, es una carga dura, pesada, que hoy... Pero constatemos que muchos en su organización estaban deseando que algún día se abrieran los cajones, lo que se llama fuego amigo.