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Carlos Herrera  

 

COPE

En octubre, el cazador de ovnis de Estados Unidos, Luis Elizondo, se jubiló. La idea de ‘cazador de ovnis’ evoca un individuo sin ducharse, con un telescopio en el desierto, junto a un todoterreno, barba de varios días, y todo tipo de teorías más o menos estrambóticas. Pero éste no era el caso. Entre 2010 y 2017 Elizondo, un oficial de Inteligencia Militar, estuvo al mando de un programa secreto del Departamento de Defensa que gastó 22 millones de dólares (18,6 millones de euros) en la búsqueda de Objetos Volantes No Identificados. O sea, ovnis.

Como suele suceder en estos casos, Elizondo y sus hombres – entre los que había varios científicos – no encontraron ovnis. Pero también, como es habitual, sí descubrieron cosas raras. De hecho, tienen pruebas de tres ocasiones en las que aviones de combate de las Fuerzas Armadas de EEUU se encontraron con… ovnis. O sea, con cosas que volaban, que nadie sabía de dónde venían ni a quién pertenecían, y que viajaban a velocidades increíbles. En el argot, eso se llama UAP, que son las siglas en inglés de Fenómeno Aéreo No Identificado. En un vídeo que el Pentágono ha hecho público, el piloto de un cazabombardero F/A-18 Super Hornet de la Marina que está a 25.000 pies de altitud (unos 7.600 metros) sigue con una cámara infrarroja a una cosa que se mueve a enorme velocidad en el horizonte y frena en seco entre las exclamaciones de sorpresa de los pilotos.

Elizondo ha dado una explicación bastante llamativa del incidente a NPR, la radio pública de EEUU: “Si me pregunta mi opinión, tengo que ser honesto: no sé de dónde es eso, pero estoy seguro de que no es de aquí”. Eso sí, “aquí” quiere decir “Estados Unidos”. Lo cual abre la puerta a otros países. Y a otras galaxias. “Quiero mantenerme estrictamente al margen de lo de que “no es de aquí”. Puede ser ruso o chino, o puede tener dentro hombrecillos verdes, o el perro del vecino”.

La noticia del programa de Elizondo ha desatado la especulación en Estados Unidos porque, teóricamente, las Fuerzas Armadas de EEUU habían dejado de perseguir Ovnis en 1969, cuando se clausuró el Programa Blue Book que, tras años de investigación, no pudo confirmar que ningún avistamiento de naves extraterrestres fuera algo más que un fraude o un caso de imaginación febril, aunque sí tuvo que admitir varios casos que no tenían explicación. El colapso de la Unión Soviética y el final de la Guerra Fría hicieron que los estadounidenses dejaran de ver ovnis, lo que para muchos fue la confirmación de que los extraterrestres habían sido en realidad proyectos militares secretos o, lisa y llanamente, histeria colectiva ante el terror al Holocausto nuclear.

Pero ahora resulta que las Fuerzas Armadas de EEUU seguían teniendo incidentes extraños. En otras palabras: no daban con Osama Bin Laden, pero sí con presuntos alienígenas. Así es como nació el Programa de Identificación de Amenazas Aéreas Avanzadas, en 2007. Su objetivo era identificar aeronaves que estuvieran en el espacio aéreo estadounidense, no hubieran sido detectadas, y pudieran suponer un peligro para la seguridad de la primera potencia mundial.

Así que el programa era serio. Y secreto. Tan secreto que oficialmente se clausuró en 2012, aunque ahora resulta que en realidad ha seguido activo, por lo menos, hasta la jubilación de Luis Elizondo, una persona con un nombre que, para el estadounidense medio, suena inequívocamente extraterrestre. Encima, el vídeo que se ha hecho más famoso fue grabado en 2004, o sea, tres años antes del teórico comienzo del proyecto.

Objetos volantes, planos, sin alas y muy rápidos

Uno de los pilotos involucrados en ese incidente se llama David Fravor, y estaba destinado en el portaviones nuclear Nimitz, cerca de San Diego, que iba a ser enviado al Golfo Pérsico a la Guerra de Irak. Según ha declarado Fravor al diario Washington Post, le ordenaron que fuera en su ‘Super Hornet’ a investigar un extraño fenómeno que llevaba pasando desde hacía semanas a unos 100 kilómetros de la costa californiana: unos extraños objetos volantes bajaban de 80.000 a 20.000 pies de altura (de 26 a 6,5 kilómetros), antes de desaparecer. Al parecer, los servicios de defensa costera habían detectado alrededor de dos docenas de esas ‘cosas’ haciendo ese extraño vuelo.

Cuando el avión de Fravor – ahora jubilado – llegó, se encontró una nave que le recordó a un “tic tac blanco”, o sea, una pastilla cuadrada de menta, plana, sin alas, y de un tamaño similar al de su aparato, es decir, unos 13 metros. La cosa estaba cerca de la superficie del mar, y aparentemente no tenía toberas, hélices, o ningún tipo de propulsión visible. Cuando se acercó, “aceleró y desapareció. Nunca he visto nada tan rápido en mi vida. Dimos la vuelta y dijimos: “Vamos a ver qué hay en el agua”, y vemos que no hay nada”.

Otro ‘Super Hornet’ – que en aquel momento era la joya de la Armada de EEUU – también vio a la extraña nave, y aparentemente es el que grabó el vídeo que ahora ha sido difundido. Tanto Fravor como su compañero relataron su experiencia en el portaviones, pero, tras comprobar que sus superiores no les hacían caso, y que sus compañeros habían decidido combatir las largas horas de tedio cruzando el Pacífico y el Índico riéndose de ellos, optaron por no hablar más del asunto. Tres años después, sin embargo, alguien del Pentágono contactó a Fravor, y en 2009 fue el propio Elizondo quien le interrogó sobre el incidente.

Aún hoy, Fravor tiene que defenderse de lo que califica como “bromas inmisericordes” de su familia y amigos. Pero él insiste. “No soy un colgado. No estaba borracho. No me drogo. Había dormido bien. Era un día despejado”, dice, mientras sobrelleva con estoicismo castrense 13 años de chistes comparándole con Mister Jones y Mister Smith, los personajes interpretados por Tommy Lee Jones y Will Smith que se dedican a perseguir extraterrestres en la película de Hollywood Men in Black. Es como una película de Spielberg: no buscaban ovnis, sino que los ovnis los buscaron a ellos.