LUNES, 18 DE DICIEMBRE DEL 2017 - 16:12 H

Estimado Oriol:

Me permito dirigirme a usted por su nombre de pila porque, de algún modo, compartimos un espacio común. Usted fue eurodiputado dos años y medio. Yo me encuentro en ejercicio de esta responsabilidad. Somos de la misma generación, de finales de los 60. Éramos unos niños en la Transición. Pudimos estudiar en la Universidad. Llevamos toda nuestra vida adulta siendo europeos de pleno derecho. Incluso ambos creemos en los valores milenarios del cristianismo.

Hace tres meses le dirigí un videomensaje desmontando las mentiras que recitaba por los platós cuando preparaban el referéndum del 1 de octubre: el inexistente amparo del derecho internacional al proceso golpista, la falsa permanencia de una Catalunya independiente en la UE. Cosas que ya sabía usted cuando era eurodiputado, nada nuevo.

Ahora sabemos, gracias a la moleskine de Jové, que usted mismo sabía en el 2016 que el referéndum unilateral no tenía sentido. Jové anotó incluso que harían el ridículo. Su plan, como se ha ido conociendo por los documentos incautados por la Guardia Civil, era un puro delirio. No podía salir bien. Sin embargo, en algún momento dejó al margen toda prudencia y se subió a un camión que se dirigía a toda velocidad contra un muro. Al volante, Carles Puigdemont, ahora vecino bruselense. Con la mentira contumaz embaucaron a parte de la sociedad catalana, y ése es el lugar que les reserva la historia si no retornan a la verdad.

Hoy me ha parecido más pertinente enviarle una carta. El género epistolar es más propicio para la reflexión. Estoy convencida de que su situación le está proporcionando un amplio margen para ese ejercicio reflexivo. Quiero hablarle de la verdad. La verdad de los hechos, la de la realidad. La que nos hace libres.

Lo peor es que después de todo lo que ha pasado, después del artículo 155, la convocatoria de elecciones y la acción de la justicia, ustedes siguen en lo mismo. Marta Rovira, que ha quedado al mando de ERC, ha insistido en la vía unilateral. Es cierto que luego ha dicho que tal vía nunca existió, pero llega un momento en que con ustedes hay que elegir una versión: la que más se ajuste a sus propios hechos. Y me parece evidente que siguen en la trama de la moleskine: insisten en que si ganan las elecciones autonómicas del 21D implementarán la República y usted saldrá de prisión. Su campaña electoral solo tiene un mensaje: contra el 155.

Deberían saber que el artículo 155 de la Constitución se volverá a aplicar si vuelve a ser necesario. Debería saber que la justicia seguirá su curso, pase lo que pase el 21D. Y debería saber que el intento de secesión (un intento de golpe de Estado) ha fracasado. Ustedes no controlan el territorio, ni los impuestos, ni la administración. Y ningún país ha reconocido la secesión. Puigdemont está en Bruselas como ciudadano español, le guste o no.

Las elecciones son muy importantes, pero no lograrán los efectos mágicos que ustedes pretenden. Está en su mano mantener la tensión y la excepcionalidad en Catalunya, pero no lograr la independencia. Le pido que regrese a la realidad, que no es solo jurídica, sino también social: todo lo que han hecho ha sido contra más de la mitad de los catalanes. No tienen el apoyo necesario, y solo el sistema electoral les ha permitido aparentar que tenían una mayoría. Esta es la verdad.

Y usted que es un hombre de fe ha de tener presente, déjeme insistir, la máxima 'la verdad os hará libres'. Tal vez en su caso sea suponer demasiado, a estas alturas. Pero podría ser un comienzo para un nuevo tiempo en Catalunya: un tiempo de pluralismo, consenso y sentido común que es tan posible cómo necesario.

Sinceramente,

Beatriz Becerra, vicepresidenta de la subcomisión de Derechos Humanos en el Parlamento Europeo y eurodiputada del Grupo de la Alianza de Liberales y Demócratas por Europa (ALDE).