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Carlos Herrera  

 

COPE

El investigador Fernando Rueda revela los entresijos de un episodio que colocó a la Corona al borde del precipicio 

Fernando Rueda, periodista de investigación, considerado máximo especialista español en asuntos de espionaje, ha contado en 'Herrera en COPE' que son más de 3.500 los agentes de seguridad que hay en el CNI (Centro Nacional de Inteligencia). “Solo el año pasado aumentaron en 500 su número para luchar únicamente contra el yihadismo”.

Sobre Corinna Zu Sayn-Wittgenstein, empresaria de origen danés, y su relación con el Rey, Rueda ha dicho que el CNI “lo investigó todo”. “Para eso está, si hiciera lo mismo que la Policía, la Guardia Civil o los Mossos, ¿para qué lo iban a necesitar?”.

Alberto Saiz, jefe de los espías, solía acudir con el Rey a cacerías. Y éste un día le dijo “a ver si puedes echarme un cable con Corinna con la que he empezado una relación”. Alberto la recibió en su despacho del CNI. “Quería crear un congreso y tal”. Al salir de la reunión llamó al Rey para decirle que “no era mucho de fiar”. Saiz la bloqueó y tiempo después, se encotró con Corinna en una cacería. La empresaria le dijo al jefe de los espías “de todo a gritos por haberla bloqueado” y que estaba muy “disgustada”.

Finalmente, alguien del CNI “convenció a Corinna de que se quitara de en medio”. Félix Sanz, director del CNI, dice Rueda, se “ocupó de este asunto y fue a Londres a hablar con la empresaria para que no volviera a perturbar la vida política española”.

¿Qué pruebas hay que pasar para entrar en el CNI?

“El proceso de selección del CNI es una faena. La gente tiene que estar muy motivada para poder ser espía. Es un proceso tremendo. Se le somete a pruebas de cultura general. Y el tema de la lealtad es tremendo. Se les somete a un control personal. Hablan con los familiares y luego, les exigen que faciliten una serie de información que no te piden en otro trabajo: las cuentas corrientes, los contratos de trabajo, los motivos por los que te han echado, si tienes cuentas en el extranjero, todos los novios que has tenido, por qué has roto con ellos... El que entra tiene que ser transparente e inmaculado. Hay mucha gente que durante el proceso no acepta y abandona”, ha sentenciado Rueda.

La Casa II

25 años después de que la aparición de La Casa rompiera el muro de silencio sobre los agentes, operaciones secretas y actividades de los espías españoles del entonces CESID, su autor, Fernando Rueda, ha llevado a cabo una nueva y larga investigación, en la que ha buceado por los secretos que esconde su sustituto, el actual CNI.

El libro ha sido escrito con el objetivo de destapar en qué se ha convertido y cómo funciona el espionaje español –desde que en el año 2002 cambió de nombre–, descubriendo la vida, los sentimientos y operaciones de sus más importantes agentes, pero también la de aquellos otros cuyos nombres desconocemos y que arriesgan a diario su vida en su trabajo.

Un riguroso ensayo que saca a la luz las acciones más desconocidas por la opinión pública y que denuncia los comportamientos desleales de agentes y la responsabilidad de algunos directores en errores graves cometidos a lo largo de su historia.

Aquí el lector encontrará cómo actúa el CNI ante la lucha contra el terrorismo yihadista, las acciones que consiguieron poner fin a ETA, y desentraña las relaciones e investigaciones ocultas con el Rey, el Gobierno, varios dirigentes políticos, Catalunya, la Policía y algunos otros, así como pone en evidencia cómo Estados Unidos, Rusia, Marruecos y otros países violan nuestra seguridad y cómo los medios tecnológicos "invisibles" nos espían a diario y también a miles y miles de personas en el extranjero.

La Casa (Edicción 25 aniversario)

El CESID: agentes, operaciones secretas y actividades de los espías españoles.

Hace ahora veinticinco años se publicaba La Casa, el primer libro que se atrevía en España a desvelar los misterios del entonces Cesid, ahora CNI. Fue tal el impacto que produjo, que durante tres meses fue el libro de no ficción más vendido en toda España. Hasta en el Congreso dos diputados —Álvarez Cascos, del PP, y Mur, del PAR— criticaron al entonces gobierno socialista por no contar lo que ya sabían gracias a La Casa.

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