noticia
 
 
Carlos Herrera  

 

COPE

 

"Señoras, señores, me alegro, buenos días...

 

Londres sigue siendo la referencia informativa en toda Europa, en todo el mundo, después del schok que ha dejado el tercer atentado islamista en poco más dos meses en la capital británica. Con una noche del sábado de pánico literal, después de que una furgoneta blanca que avanzaba a 80 kilómetros por hora por la acera del Puente de Londres se llevara todo lo que se encontrara por delante. Después de que bajara, tres terroristas se avalanzaban con cuchillos de gran tamaño sobre la multitud en un mercado callejero al grito de "¡Esto es por el Islam!", hasta que llegó la policía y les metió siete tiros en el cuerpo.

El último balance es de siete muertos, cuarenta y ocho heridos, veintiuno están en estado crítico. Hay un español entre los heridos previsiblemente. Se trataría de Ignacio Echevarría, de 39 años, madrileño de Las Rozas, que todavía no ha podido ser localizado por su familia. Este hombre regresaba en bicicleta con unos amigos, estaba patinando en un parque junto a ellos, vieron cómo pasaba lo que estaba pasando, que un hombre apuñalaba a una mujer y con el monopatín, Ignacio, atacó a uno de los terroristas y es la última vez que lo ven sus amigos. Puede que quedara herido y alguien lo retirara. Como a lo mejor no llevaba documentación, hay que buscarle por todos los hospitales, lo cual crea una inquietud en su familia y en sus conocidos que es perfectamente descriptible.

El Daesh se ha atribuido la autoría de este doble atentado. Hay doce personas detenidas después de haber realizado varias redadas. Y se sabe poco de los terroristas. La Policía sí sabe más, dice que ya les conoce, lo que no han dado a conocer sus investigaciones. Parece que uno ha sido reconocido por vecinos y vivía en Barking desde hace tres años, con mujer y niños pequeños. Y entre los héroes de la noche, un agente de la policía de transporte que iba armado con una porra, plantó cara a los terroristas recibiendo varias puñadalas, quedó herido grave; también los ciudadanos que disfrutaban de la noche del sábado en los pubs de la zona, que comenzaron a arrojar sillas, vasos, platos, contra estos hombres. Al final, los ocho agentes que llegaron abrieron fuego utilizando cincuenta balas. Los terroristas llevaban falsos chalecos de explosivos similares a los de los terroristas suicidas, lo cual crea la sensación miedo y de terror. Luego no era nada, simplemente chalecos.

Las reacciones todas las que ustedes puedan imaginar, y las moralejas todas las que ustedes puedan imaginar. Quizás la más interesante sea la de la primera ministra británica, Theresa May, que se enfenta a elecciones este próximo jueves y que ha anunciado nuevas leyes antiterroristas que van a dar más poder a la policía, que incluye penas más duras a los condenados por terrorismo, nuevas medidas contra el yihadismo en internet y máxima colaboración entre europeos. Es decir, nada de aquella tontería que se le ocurrió a esta señora cuando en plena negociación del 'brexit' dijo aquello de que a lo mejor Gran Bretaña podría rebajar un poco su colaboración en defensa estratégica ante el terrorsimo con los demás países europeos si no se rebajaba un tanto el precio. Lo cual fue una irresponsabilidad soberbia y supina, viendo además ahora cómo han acabado las cosas.

En España se habla de los puertos en nuestro país porque comienzan las jornadas de huelga de los estibadores. Esto hace particulamernte delicado uno de nuestros sistemas fundamentales, la exportación, el sector exterior, a través de los canales marítimos. Estos señores se niegan a admitir una negociación inevitable. Les guste más o les guste menos, en función de una sentencia de Bruselas. La naviera MAERS ha desviado este fin de semana de Algeciras y a Tánger su busque más grande. No es precisamente una buena noticia.

Hay más nombres propios como el de Juan Goytisolo, el escritor barcelonés que va a ser enterrado hoy en el Cementerio Civil de Larache después de morir ayer a los 86 años en su casa de Marrakech donde vivía hace ya más de treinta, donde él dice que se exilió para volver muy de cuando en cuando al que era su país de origen. Lo mejor que se puede hacer con Goytisolo es leerle, cualquiera de sus muchas obras, muchas de ellas realmente maestras".