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Carlos Herrera  

 

COPE

El periodista Antonio Pampliega estuvo secuestrado diez meses por la rama de Al Qaeda en Siria junto a José Manuel López y Ángel Sastre 

Ahora ha escrito 'En la Oscuridad' donde relata esos casi 300 días de secuestro en los que casi todos los días pensó que iba a ser el último. Libro dedicado a otro periodista James Foley, ejecutado por sus secuestradores el 19 de agosto de 2014, amigo de Antonio y cuya dignidad le ayudó a superar cada vez que temía por su vida.

Por ello a la pregunta , ¿de dónde sacabas la valentía física? Antonio Pampliega responde, "para mí una figura clave es mi amigo James Foley, me imaginaba a James momentos antes de morir que no pidió clemencia, no suplicó, y James al final venció; pensaba en él y me decía quiero tener la décima parte de la valentía de James, la mitad de su dignidad. Para seguir viviendo, para llegar a afrontar esos momentos tienes que mirar al miedo de cara. Yo les llegué a decir quiero que me matéis, no os aguanto más, ya estoy preparado para morir y su reacción fue ponerme una televisión, faltaba un mes para la liberación. Para afrontar que quieres morir, primero tienes que tocar fondo".

A Antonio Pampliega, José Luis López y Ángel Sastre les traicionó su contacto en Siria, el traductor "tenía cierta empatía con los niños, que colaboraba con una ONG, nos dijo que nos íban a tratar bien y todo era agua de borrajas y te das cuenta de que te han vendido cuando te sientan con el conductor que era su mejor amigo y se pasa el dedo gordo por el cuello, ahí te das cuenta de que te han vendido" cuenta Antonio a Carlos Herrera.

El periodista que perdió 35 kilos durante el cautiverio, "entre con 105 kilos y regresé con 70" recuerda a lo largo del libro la separación que sufrió, su aislamiento, "los primeros días la rutina era hacer deporte, hablar, jugar al ajedrez e íbamos descontando días; eso cambia cuando me separan y me tienen 204 días aislado. Solo salía para ir al baño; cuando estábamos los tres el trato era más humano, nuestros cuidadores eran chavales jóvenes a los que la vida les ha colocado en esa circunstancia".

A Antonio le separaron de José Luis y Ángel porque "creían que era un espía del Gobierno", incluso llegaron a grabar un vídeo como prueba de vida y extorsión al Gobierno de España, "eran vídeos de prueba de vida y para presionar al Gobierno, en uno de ellos me dan un papel que tengo que memorizar en el que tengo que decir que estamos vivos, pero si el Gobierno no se hace cargo nos van a matar".

Un día también simularon una ejecución, "me pusieron de rodillas se vistieron con el atuendo del Estado Islámico y me pusieron un cuchillo en el cuello, pensé que me iban a matar. Fueron cinco o seis segundos, me lo quitaron de la garganta y me empezaron a pegar con la parte de atrás del cuchillo, y empezaron a reír, dijeron que era su forma de castigarme. El 7 de mayo de 2016 entran vestido de yihadistas, uno lleva la capucha del Estado Islámico, se acerca y cuando me ponen la capucha me dicen, "Do not forget us" (no nos olvides) y hasta el final pensaron que yo era espÍa y que trabaja para el Estado español por eso mi trato fue diferente. Durante cuatro meses me pegaban todos los días hasta que comprobaron que era periodista, pero hasta ese momento..." deja en el aire Antonio Pampliega.

¿Volverás a Siria?, es una pregunta casi obligada, tan intuible como la respuesta, "he prometido a mi familia que no volveré nunca más a Siria. Me gustaría volver para explicar a los españoles que es la peor guerra del siglo y el por qué miles de personas se tiran al Mediterráneo".

En un año la vida de una persona da muchas vueltas, te pueden pasar muchas cosas, en un secuestro parece que los días no pasan, las horas son eternas, pero aprendes como a resistir, a hacerte fuerte, "los primeros cuatro meses me encerraban y solo me sacaban una vez al día para ir al baño y me decían que si me lo hacía encima me mataban y un ser humano aguanta y se convierte en un perro. Su objetivo era intentar conseguir convertirme al Islam y que abrazara la religión verdadera. Hasta un día que le dije soy cristiano, creo en Jesús y no me vas a convencer y me pone vídeos de como ejecutan a periodistas y me dice que lo que quiere es librarme de ir al infierno. Pensaba en mi familia, en mi madre y en mi hermana; el libro, al final es como un diario que está dedicado a mi hermana. Le digo que pasa cada día, y después de mucho comencé a hablar con Jesús, con Dios, y cuando me escuchaban rezar subían la radio, cuando ellos rezaban yo les escuchaba".

Es la primera vez que un periodista secuestrado por Al Qaeda explica su experiencia. 

«Hace tres meses que vivo en absoluta soledad. No se´nada de na- die. Ni de mis amigos, ni de vosotros... Estoy completamente solo en este agujero. Solo veo a las personas que me tienen encerrado, y poco. Ellos lo controlan todo. Han cerrado la puerta y tirado la llave. Ellos me empujan cada di´a un poquito ma´s cerca del abismo. »

A lo largo de este tiempo de soledad, he perdido toda esperanza. Mejor dicho: se han encargado de roba´rmela. Me han robado eso y otras muchas cosas: la felicidad, la alegri´a, la ilusio´n, la sonrisa... ha- ce tanto tiempo que no sonri´o. ¡Cabrones! Soy un ser pusila´nime. ¿Que´han hecho conmigo? ¿Por que´me esta´n haciendo esto a mi´? Ya no aguanto ma´s. No soporto ma´s golpes, ni ma´s humillaciones, ni ma´s vejaciones, mi ma´s sadismo, ni ma´s amenazas de muerte, ni ma´s insultos, ni ma´s interrogatorios, ni ma´s risas a mi costa. Si´, cada vez que pueden me aprietan hasta que rompo a llorar y luego les puedo escuchar rie´ndose de mi´. Pero au´n no han conseguido que llore mientras me golpean. Au´n me queda un poquito de dignidad. Eso es lo u´nico que conservo. Lo dema´s... me lo han quitado.»