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Carlos Herrera  

Un brindis por la amistad. Carlos Herrera y Pedro Romero han trazado una relación de confianza en estos años

ABC (Sevilla) - ISABEL AGUILAR 

El periodista se confiesa un cliente empedernido de esta popularísima bodega sevillana

Le gusta ir a cualquier hora, pero especialmente recién estrenado el mediodía para encontrar libre esa esquinita de la barra que tan bien sabe acogerle. En ella ha escuchado el silencio después de tantas palabras, ha saboreado el primer vino de una jornada que comienza al alba y ha cambiado impresiones con amigos de siempre, admiradores y demás conocidos. También en esa particular esquina ha forjado una relación de simpatía y confianza con Pedro Romero, anfitrión de uno de los establecimientos con más solera que quedan en la ciudad.

Bodeguita Romero es uno de los refugios predilectos del periodista Carlos Herrera, al que acude en busca de buen vino y buena cocina. Para él, las tapas «insoslayables» son la pringá, el lomo serrano, el bacalao en aceite y las papas aliñás, a las que califica como «una de las mejores de Sevilla». Estas son las viandas con las que entona el cuerpo después del Ángelus y con las que abre el apetito antes de acudir a algún almuerzo (a veces, como en esta ocasión, recibe a los invitados en casa, y es él quien se pone el delantal y prepara la comida).

De la Bodeguita Romero le gustan el agrado y el trato que siempre le dispensa Pedro, además del sabor auténtico que conservan sus tapas. «Llevo en Sevilla desde el 77 y éste es uno de los bares a los que he venido de toda la vida», señala el periodista. La de papas aliñás es una receta casera que el bodeguero heredó de su madre y que ejecuta cada mañana con milimétrica rutina, un baile de manos casi perfecto para aliñar y sazonar a ojo más de diez kilos de patatas cocidas.

Este era el plato elegido para celebrar las ocasiones especiales en la antigua Bodega Romero de la calle General Polavieja, donde sólo servían cacahuetes a su variopinta clientela. Allí se curtió un joven Pedro Romero que aprendió pronto a conocer y cuidar a su público, ese que, al igual que sigue haciendo Carlos Herrera, le responde con fidelidad y estima.