El locutor se lió la manta a la cabeza y desempolvó el currículum político de Eloy Velasco horas después de la operación contra el PP de Madrid. En su día fue fichaje estrella de Zaplana.

Los contertulios de Carlos Herrera llevaban varios minutos abordando en Herrera en COPE la última operación de la Guardia Civil relacionada con la Operación Púnica y la financiación del PP de Madrid, con entrada en la sede incluida. Discutían los tertulianos entonces sobre la caducidad política de Mariano Rajoy y lo inoportuno de este registro para el futuro político del presidente del Gobierno en vísperas de su entrevista con el líder del PSOE, Pedro Sánchez. 

Al poco tiempo de comenzar a abordar este desagradable asunto para el PP, otro más, y en la sección Santi González, Herrera lanzaba al aire callaba a una primera interrogante que ponía en entredicho la imparcialidad del juez deslizando:

"Claro, pero por ejemplo, de este asunto ¿por qué sospechan algunos? porque el juez, es que el ordena que la Guardia Civil haga el registro, fue el que pidió ayuda al Gobierno para que le dieran una vacante en el Gobierno, que por cierto no le ayudaron. Una de los hipótesis que manejan algunos ambientes es que digamos no es que el juez actúe por resentimientos, pero desde luego no por amistad". Para posteriormente afirmar con claridad de dónde sale la filtración a la prensa: "La noticia de los registros, que empiezan a las 10 de la mañana, y los medios se enteran a las 6 de la tarde sale de la Audiencia Nacional, es decir sale del juez".

Eran una primera y segunda andanada contra Velasco, como ante sala de una tercera que dejaba boquiabiertos a contertulios (Fernando Jáuregui, Nicolás Redondo, David Gistau y Jorge Bustos) y a parte de la audiencia, una revelación para casi todos -en la Comunidad Valenciana es algo que está presente en círculos políticos y judiciales- que ponía en la picota al juez de la Audiencia Nacional:

"Además con la circunstancia añadida que el juez que juzga todo, el caso de la Púnica, fue director general de Justicia de la Generalitat valenciana cuando era Francisco Camps presidente, Camps lo destituyó porque gastaba con la VISA de la conselleria, además sin freno, no pasaba por el despacho. A él le había nombrado Zaplana, todo hay que decirlo, y él contestó que sólo respondía ante Zaplana... hay que recordar quién era Eloy Velasco también y qué hizo en su día".

Efectivamente, Velasco fue uno de los fichajes estrella del entonces presidente de la Generalitat valenciana, Eduardo Zaplana, cuando en el año 1995 pusiera de moda fichar a profesionales destacados en distintos campos -deporte, judicatura, empresa, cultura- para formar parte de las listas. Eloy Velasco fue director general de Justicia, por cierto provocando varias huelgas de funcionarios, hasta precisamente el año 2003, cuando fuera cesado por Camps. En esos años Zaplana también fichó como senador al juez, ahora presidente de la Audiencia Provincial de Alicante, Vicente Magro.

Sigue la ‘guerra’ de la derecha contra Podemos: “La extrema izquierda siempre ha coqueteado con el léxico etarra”

La derecha mediática no ha parado de repetir el discurso del miedo del Partido Popular tras la llegada de Podemos a las instituciones y reiteradamente se ha esforzado por vincularle con ETA, especialmente tras la polémica función de los titiriteros en Madrid. Este viernes, Carlos Herrera vuelve sobre ello en su columna en ABC, donde advierte de que se intenta “el blanqueo” de la banda terrorista.

La gestión municipal, de psiquiátrico

Tras lo de los titiriteros, que, según Herrera, “entra en el apartado psiquiátrico de la gestión municipal”, “¿cuánto tiempo falta para que se considere la situación penal de los presos de ETA un asunto a debatir?”.

Se juguetea con el nombre de ETA
“El hecho de que destacados políticos de emergencia reciente hayan polemizado acerca de la libertad de expresión -y el derecho a juguetear con el nombre de ETA- invita a considerar que el debate sobre el futuro de ese colectivo encarcelado está a dos calles vista”, escribe Carlos Herrera en su columna de ABC.

La excarcelación de etarras

Herrera añade que lo de los titiriteros sólo “ha precipitado algo que algunos llevan cociendo en interiores desde hace algún tiempo, pero que por prudencia escénica han preferido guardar hasta momentos más apropiados: propiciar la excarcelación de etarras”.

Herrera insiste en cargar contra la izquierda que, según dice, “ha coqueteado con el léxico etarra”. Y, de paso, contra los socialistas, olvidando, por cierto, que han sido víctimas, entre otros, de la banda terrorista. “No habrá de pasar mucho tiempo antes de que la extrema izquierda que el PSOE ha aupado al poder municipal -de momento- considere a los presos de ETA como una rémora que impide el desarrollo de la democracia adanista que han traído como buena nueva para suerte de todos los españoles”.

Carga contra Carmena

“Los asesinos son activistas, la banda de criminales es un movimiento político y la actividad terrorista es la lucha armada. Eso no hace falta esperar para oírlo: ya se está utilizando por gente como la alcaldesa Carmena”, afirma Herrera, que avisa de que “el siguiente paso es considerar que ETA fue un instrumento útil para la consecución de la democracia en España. El siguiente paso, sigue Herrera, es la excarcelación de etarras”.

“Si yo fuera un convicto de la ETA daría botes de alegría si llegara al gobierno gente que cree que decir Gora ETA es un derecho artístico -y lo aplaude encantado- en lugar de gente que piensa todo lo contrario”, insiste Herrera.

La retahíla de ataques

Su artículo se suma a una larga lista de insultos vertidos en titulares, portadas y columnas de opinión contra Podemos, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, o la de Madrid, Manuela Carmena.

El lunes pasado, La Razón acusaba en su editorial a Podemos de “imponer sus ideas” frente a la “Ley y los derechos constitucionales”, con motivo del caso de los titiriteros.

La pancarta Gora Alka-ETA

El diario pone el acento en la acusación contra los responsables de la polémica obra, Títeres desde Abajo, de enaltecer el terrorismo por la pancarta que se exhibió con la leyenda “Gora Alka-ETA”, y afirma que “argumentar que prohibir un ejercicio de exaltación del terrorismo etarra va en contra de la libertad de expresión es como creer que una aberración ideológica que tiene como objetivo único destruir la democracia debe beneficiarse de la propia democracia”.