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Carlos Herrera  

 

EL MUNDO

CARLOS HERRERA

El fichaje más sonado de la radio española, que ha brindado 949.000 oyentes al matinal de la Cope, ha cumplido 100 emisiones en su nueva emisora, tras 20 años de "buena relación". Fuera de micrófono, el locutor reconoce que se considera "muy bien pagado", a pesar de que el despertador de su móvil suena cada madrugada a las 03.46 horas

Carlos Herrera responde al teléfono en el AVE desde Madrid. Mentalmente, ya ha llegado a su Sevilla, donde le esperan unas verdinas y un bacalao por elaborar. La pasada semana, el periodista cumplió 100 programas en la mañana de Cope, a la que ha dotado de 949.000 nuevos oyentes según el último Estudio General de Medios (EGM), del que, ni por ésas, le agrada la receta: "Sigo pensando que es mucho más fiable el método televisivo que el EGM, al ser un método basado en el recuerdo [mediante entrevistas telefónicas]. El EGM es más impreciso. Es evidente que cuando a mí me dan unos resultados como éstos, tengo que pensar que podría hacer más", expone el periodista a EL MUNDO, después de conducir una emisión en la capital. Sus jefes en la cadena de la Conferencia Episcopal, puestos a creer, confían en que el primer puesto de la radio española queda al alcance deHerrera en Cope.

Hoy por hoy, ¿eso es imposible?

- La Ser hace excelentes programas, pero a mí me han contratado para que aspire al liderazgo. Tengo que aspirar al liderazgo. Por eso peleo. Un profesor me decía: 'Si vas a por el 10 y sacas un 5, te perdonaré; ahora bien, si sacas un 5 habiendo ido a por el 5, te corto la cabeza'. Yo voy a por el 10.

- ¿949.000 se entiende como el 10?

- Ha sido una sorpresa que no contemplaba.

El sector sí esperaba su incorporación a Cope, emisora con la que guarda sintonía. "Desde que me fui de allí en el 95, he mantenido muy buena relación. En aquel momento, Antonio Herrero se expandió por la mañana y yo no tenía lugar ni sitio", recuerda. Marchó entonces a Canal Sur. Pasó luego por RNE. Llegó a Onda Cero en los primeros dosmiles. Esta temporada se obró el fichaje por Cope, un rumor que tomaba forma cada uno de los últimos veranos. Herrera se había decidido por fin "en torno a mayo o junio, antes de ir al Camino de Santiago". Las razones, insiste, no se encuentran en los billetes: "Cuando yo recibí la oferta de Cope, les enseñé el contrato que tenía en Onda Cero para que vieran lo que tenían que cubrir, ni un solo euro más".

- ¿Ahí se reflejaban al menos seis millones por temporada?

- Eso es lo que vale la producción de un programa, y no es ni siquiera eso. Como idea es magnífica. Sugiero que tomen nota, ya que el comentario está en los medios. Una cosa es lo que vale un programa que tiene decenas de colaboradores, gastos de producción, etcétera, y otra cosa es lo que uno gana. Estoy muy bien pagado, pero sólo si mi empresa gana dinero.

Atrás dejó a Onda Cero y su nuevo matinal, Más de uno. "Carlos Alsina tiene una capacidad de análisis prodigiosa. Es un orfebre del análisis, un artista. Le envidio esa capacidad para desmenuzar, para servirte un pollo trinchado que sólo tienes que pincharlo y comértelo", reconoce el locutor de Cope.

Les unen, entre tantos otros motivos, los madrugones. A las 3.46 horas, suena el despertador de Herrera en el teléfono móvil, modo avión. "Alguna vez", ha entrado en directo desde casa, antes de salir al estudio de Cope en Sevilla, "a ocho minutos" de su domicilio. Las direcciones, las tiene claras: "Cope es como la Ser, tiene una línea ideológica más continuada", afirma.

- ¿Posicionarse ideológicamente resta credibilidad o suma oyentes?

- En asuntos elementales, no planteo muchas dudas. Mi posición contra el terrorismo, por la unidad de España... son cuestiones en las que tengo un discurso poco dubitativo. En todo lo demás, las cosas son negociables. Un programa de radio no es tanto lo que piense el que lo conduce, aunque yo haga editoriales.

En la Cope estará tres años, prorrogables. "Me pondría en 61. En principio, mi idea es que dentro de esos tres años salga de la primera línea de fuego de la radio. Puedo seguir colaborando con la radio, escribiendo...". Lazos familiares tiran de Herrera desde Miami, donde ya trabajó hace tres lustros, en labores de consultoría. "Esa ciudad sirve de nexo perfecto entre EEUU, España e Iberoamérica, aunque hace un calor de cojones", apunta Herrera, especialmente refrigerado en el tren. Independientemente de la temperatura, tira más fuerte Sevilla -"no hay color", zanja el periodista-. "Es la Roma de nuestros días", añade. Todos los caminos del locutor de la emisora de la Conferencia Episcopal parecen llevarle allí.