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Carlos Herrera  

 

COPE

Los tres bomberos sevillanos detenidos este miércoles por presunto tráfico de personas mientras ayudaban a llegar a la costa griega a refugiados sirios pasan la noche en una comisaría de Lesbos.

Los tres bomberos sevillanos detenidos este miércoles por presunto tráfico de personas mientras ayudaban a llegar a la costa griega a refugiados sirios pasan la noche en una comisaría de Lesbos, a la espera del juicio que tendrá lugar, salvo cambios, el próximo sábado.

El vicepresidente de la ONG PROEM-AID, José Pastor Ríos, ha asegurado en 'Herrera en COPE' que los bomberos fueron detenidos cuando volvían a la costa de ayudar a una ONG de Dinamarca, y que pensaban que lo único que requería la guardia costera era "solucinar unos papeles". "Pero cuando llegamos nos dijeron que estabamos bajo arresto".

Pastor ha contado que se les acusa de cruzar aguas jurisdiccionales, "una acusación injusta e injustificada. Si hacen el seguimineto de los moviles van a ver que no se han pasado esas líneas, es un disparate".

El vicepresidente de PROEM-AID ha explicado que la labor de los bomberos en la costa de Lesbos es ayudar a los desembarcos en tierra y guiar con seguridad a las barcas de refugiados en el mar, sin intervenir "ni en su rumbo ni en el bote en sí". "Es una situación dramática, pero siempre que hacemos cualquier ayuda llamamos a la guardia costera. Son ellos los que nos autorizan". "Tiene que haber algún motivo que desconocemos, pero esto se tiene que solucionar de alguna manera. Es un disparate. Llevamos un mes y medio prestando ayuda y estamos muy desilusionados".

Se reparten en equipos de tres personas que salen en botes al agua, uno de los cuales es el que fue detenido el pasado miércoles. El Fiscal les ha imputado cargos de tráfico ilegal de personas, por supuestamente, entrar en aguas de Turquía.

Los bomberos andaluces se encuentran en Grecia dentro del "Proyecto Lesbos", con el que un equipo de profesionales de emergencias viaja a la costa de Lesbos, a donde cada día arriban embarcaciones repletas de refugiados, para ayudar en las funciones de rescate y salvamento y prevenir los frecuentes naufragios.

Su labor consiste en ayudar al desembarco debido a que la mayor parte de los refugiados mueren en los últimos metros de la travesía ya que la mayoría no saben nadar, se asustan, se echan al agua y se ahogan, en una isla que constituye la primera parada en Europa, a la que se llega tras un trayecto de unos 14 kilómetros desde las costas turcas y en el que emplean entre tres y cinco horas a bordo de pequeñas embarcaciones.