noticia
 
 
Carlos Herrera  

 

 VANITY FAIR - Por David López

En su cuenta de Twitter, cuaderno de bitácora de sus placeres y debilidades, hay Camino de Santiago, Rocío, toros, todo tipo de tapas, vino y fútbol. Marca España, clásica, sí, pero de alta gama. Por algo dicen de él que, por encima de médico de carrera, y periodista de profesión, es en realidad un bon vivant.

Carlos Herrera (Cuevas del Almanzora, Almería, 1957) se estrena en septiembre en la COPE, cada mañana a las seis, a punto de cumplir 40 años en las ondas y con un otoño electoral en el que espera que triunfe, al final, “la ciudadanía serena”.

“Locutor de ustedes”, se presenta. Casi 40 años de radio después, ¿cuándo empezará a tutearnos?

Solamente cuando me lo pidan expresamente. Es tan maleducado tratar de tú a quien no conoces como no tratar de tú a quien te lo solicita.

¿Es usted la última voz de una especie en extinción?

Verá usted, sentirse como un gorila último de una especie en retirada no es la mejor manera de afrontar un trabajo ni de explorar ilusiones nuevas. Ni soy el último ni estamos en extinción.

Mi psicólogo opina que soy un caso descrito en algunos manuales y de forma no muy agraciada precisamente.  
Llega a la COPE, confiésese. De los pecados capitales, ¿cuál es su mayor debilidad?

Confesárselo sería tanto como permitir que usted tuviera la misma información que yo. Permítame que me reserve el dato, aunque le aseguro que su conocimiento no le supondría excesiva excitación.

Estamos en año electoral. ¿Qué noticia política le gustaría dar este otoño?

La derrota sin paliativos de los que quieren hacer de España un retal deshilachado. La lección que la ciudadanía serena le da a los políticos aventureros e irresponsables.

Seguirá haciendo su programa desde Sevilla. ¿Qué le da Sevilla que le quita Madrid?

Es mi ciudad. Donde tengo mi casa y mis cosas. Donde me gusta vivir. Madrid, por lo demás, es para mí un hogar indudable, una pasión confesable, donde podría consumir todas las horas precisas. Pero vivo en Sevilla…

Once Caminos de Santiago en solitario después, ¿qué no se ha encontrado?

La hebilla del cinturón. Ni el bolsillo en el que guardar algunas emociones.

Es usted el rey del ‘selfie’ en Twitter, donde tiene más de 190.000 seguidores. ¿Qué opina su psicólogo?

Que soy un caso descrito en algunos manuales y de forma no muy agraciada precisamente.

¿Ante qué plato sintió que se le aparecía la Virgen?

Recientemente ante una fabada en Asturias que parecía hecha por orfebres florentinos.

Desde el uno de septiembre se levantará a las cuatro de la mañana. Para ser un ‘bon vivant’ se lo monta regular.

No se preocupe. Me gusta madrugar. Habría problema si me gustase acostarme tarde, cosa que no ocurre. La vida puede ser muy bella y placentera también a las cuatro de la tarde.

Los periodistas y los medios de comunicación suspenden en las encuestas del CIS. ¿Cómo prepara su examen de septiembre?

Con intensidad. Respetuosamente. Con compromisos concretos: libertad de ideas, ausencia de sectarismos, espíritu optimista y compromiso con la verdad, que ya sabe usted que nos hará libres. Y no hace falta que toque usted el violín: ya lo toco yo.

Le hemos visto defender a su hija Rocío de un falsario en Twitter. ¿Es de los padres que amenaza al novio cuando su hija, que es modelo, no le ve?

No puede usted imaginarse cuánto…

Cuando se pone su sombrero Panamá, ¿a quién se recuerda?

A Sinatra buscando a Ava Gardner por las playas de la Costa Brava mientras ella recalaba en los brazos de Mario Cabré. Es presuntuoso, lo sé, pero permítame la veleidad.

Después del verano, ¿volverá el bigote o se llevará la coleta?

Tengo la sensación, con los años, de que un buen afeitado deja caras y cabezas limpias. Y en ello estoy.