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Carlos Herrera  

Carlos Herrera protagonizará un desayuno informativo en el Ritz el 29 de junio. (COPE) 

EL CONFIDENCIAL 

A pesar de que el día no parece el más propicio, un 29 de junio a las 9 de la mañana, cuando media España podría estar ya de vacaciones en la playa, lo cierto es que la anunciada presencia de Carlos Herrera el próximo lunes en los emblemáticos salones del Hotel Ritz, ha generado una expectación inusitada. Más de 500 personas han confirmado ya su asistencia al Foro de la Nueva Comunicación en el que Herrera se presenta oficialmente como nuevo locutor estrella de la COPE. El hotel ha habilitado todos sus salones para que nadie se quede sin su ansiada butaca.

Todo lo que rodea a Herrera estos días genera una atención desmedida y la expectación generada ante su presentación oficial así lo confirma. No hay nadie en Madrid, entre esa selecta tribu de los que mandan, que quiera perderse este desayuno, en el que el presidente de la emisora, Fernando Giménez Barriocanal, hará de introductor. Dichoso día en el que, al fin, podrá reconfirmar 'urbi et orbi' que Herrera vuelve a la COPE, un objetivo tras el cual la emisora ha estado durante los últimos 15 años y, especialmente, desde hace seis. Desde la salida de Federico Jiménez Losantos de las mañanas.

En el Ritz, Herrera podrá explicar las claves de su desembarco en la COPE. En una entrevista concedida a ABC el pasado fin de semana, Herrera explicaba que estar en COPE era algo que “se ajustaba a mi forma de ser, de sentir, y estar en un grupo que me garantizaba una coherencia, una comodidad ideológica que agradezco”. Algo que, a renglón seguido, matizaba para expresar que en Onda Cero “nunca ha tenido ni un solo segundo de incomodidad”.

COPE aspira a que con la llegada de Herrera y el empuje de los Deportes, la emisora pueda, a medio plazo, plantarle cara a la SER y aspirar al liderazgo de la radio. Al margen del trasvase de oyentes que se pueda producir, la expectación suscitada en torno a Herrera puede ser un claro indicador del éxito más que asegurado que se avecina para la radio de los obispos.