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Carlos Herrera  

 

LAGUÍATV - ABC

Desembarca pausadamente ambicioso. Con una inoportuna rotura de dos dedos del pie que no le impedirá cumplir con la cita el 1 de septiembre. A Carlos Herrera Crusset, para muchos el mejor comunicador de España, no parecen pesarle los 37 años de entrega plena a su pasión radiofónica. La COPE le acaba de seducir para el asalto al liderazgo, otro reto en su sacrificado ritual de marcar agenda desde que canta el gallo. Previsible en su forma de pensar ?«soy todo lo políticamente correcto que se puede ser»?, el periodista almeriense va por el libro al definir su doble desafío: «Estar arriba y difundir el mensaje de los accionistas, que es el del humanismo cristiano, con el que me identifico desde niño». Ahora que la política y la sociedad españolas se aferran con efecto ilusorio a los jóvenes como inopinada panacea, Herrera va a seguir representando la experiencia, el valor seguro, el antídoto contra las piruetas, para dirigirse a la España más convulsa de las últimas décadas...

- Los que estaban de acampada en las plazas hace no mucho gobiernan hoy Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza... ¿Está España para salir corriendo, como sostienen algunos?

- Gracias al PSOE, por cierto, que es el tonto útil, el tonto necesario para que estas cosas pasen... Hombre, no para salir corriendo, porque hay que quedarse precisamente para que no sigan pasando. Hay mucho de gestualidad, y ocurre que estos llegan y hacen tonterías como el cretino ése del alcalde de Cádiz que quita la bandera española... Si en algún sitio tiene que estar la bandera española es en el Ayuntamiento de Cádiz. O que otra cretina dé una rueda de prensa dando de mamar a su hijo... O como los concejales de Zaragoza, que salieron en el Ayuntamiento como si vinieran de una borrachera universitaria... Vamos a concederles los diez minutos de gloria a través de la estupidez, como tienen todos. Luego vamos a ver cuando haya que aprobar presupuestos, publicar ordenanzas, a ver cuántos huertos, cuántos nabos planta en Valencia este catalanista disfrazado de valenciano (por el alcalde Ribó), que quiere dar de comer a los niños para así no depender de Marruecos (sic). Cuando tú ves el nivel de estupidez de la gente que ha llegado a administraciones sensibles en España, tú piensas «qué bien te lo están poniendo». Claro, para un periodista es mucho más entretenido eso que la normalidad aburridísima.

- ¿Y qué parte de culpa tienen el PP y el Gobierno?

- Desde luego, no todo es la economía, a pesar de que sea imprescindible para que la máquina funcione. Si la economía no te permite engrasar la maquinaria, tú la maquinaria no la puedes poner en marcha. Pero el Partido Popular, obcecado con la economía, con las únicas armas que decían que podía arreglarla, es decir, subiendo impuestos y otro tipo de consideraciones, ha traicionado algunas de sus propias proclamas programáticas, ha sido particularmente antipático en el trato con una sociedad a la que, pasándolo tan mal, tenía que haber mimado, incluso con demagogia si fuera necesario.

- Y a ese cóctel, ¿hay que añadirle la influencia de la televisión? Para algunos, la política de comunicación, y la de televisión en particular, ha sido muy equivocada...

- Este Gobierno ha vivido en un parque televisivo adverso, de antipatía mediática. Mediáticamente, no ha tenido colaboradores. Además, con esa generosidad boba que tiene la derecha española, le ha dado los medios a sus enemigos para que se vuelvan contra él. Porque además han pensado que dando regalías, iban a devolvérselo con algún tipo de favor. Y eso, primero, no tiene por qué ser así. Pero es que además no ha sido así, y el Partido Popular se ha encontrado con un parque televisivo, si no ferozmente contrario, sí particularmente contrario. Ante la inopia a veces del propio presidente del Gobierno, que no es partidario de seguir los medios. Él está en otras cosas, y esas las delega en quien considera que las tiene que delegar. A mí me consta el trabajo ímprobo de la Secretaría de Estado de Comunicación para comunicar, hacer llegar a la gente cada medida positiva, entre otras cosas porque cada medida positiva se hacía con medidas negativas para la mayoría. Y trasladar eso es casi un imposible.

- ¿Ve al PP con tiempo y con capacidad para la remontada?

- Es verdad que ahora se acaba la legislatura con creación de puestos de trabajo histórica. Si se calcula que de aquí a noviembre pueden crearse 400.000 o 500.000 puestos de trabajo, hombre, para esos la hostilidad disminuye. Pero el problema para el PP es conquistar emocionalmente, y eso es difícil para cualquier Gobierno. Creo creo que el presidente del Gobierno debería esforzarse en transmitir la sensación de que no es un hombre acabado. ¿Eso cómo se hace? Pues tiene gente alrededor que se lo puede decir.

- ¿Y cree que el PSOE pactará también con Podemos después de las generales para intentar gobernar?

- Hasta ahora siempre ha gobernado el más votado. Yo no sé quién va a ser el más votado, pero si el PSOE juega a Podemos, gana Podemos. Y si se entrega aupando a Podemos creyendo que va a ser el líder de la izquierda española, creo que se equivoca. Porque Podemos quiere ser el PSOE.

- En su vuelta a la COPE, ¿qué va a hacer que no haya hecho hasta ahora?

- Cada día haces un programa diferente en la radio. La radio es proteica. Nada se parece de un día a otro. Nada. Yo no tengo edad para estar hasta los 70 en la radio, pero seguiré siempre queriendo hacer más programas de radio. Porque me dará la sensación de que mañana habré hecho otra cosa diferente. Se trata de no dejarse vencer por la rutina. Es la pasión por la novedad. Volver a trabajar con compañeros a los que admiro mucho. Es el desafío de estar arriba, y no lo digo tanto por los EGM y estas historias, sino en primer lugar por y para la empresa.

- ¿A qué proyecto ha renunciado Carlos Herrera para estar en la COPE?

- A una radio por satélite para el mundo entero. Crear una radio en español con tres usos lingüísticos, por así decirlo, tal y como se usan en América: el del cono sur, el de Centroamérica, con particular atención al cubano, caribeño, y luego el español. El proyecto lo impulsa un puzzle de empresarios en el que está Spielberg, pero no arranca con velocidad suficiente. Es que Los Ángeles no está en Casa Bigote (un restaurante de Sanlúcar), y, ¿qué hago yo tan lejos? Me matan..!

- ¿Carlos Herrera está donde tenía que estar? ¿Han encajado las piezas?

- Tengo que decir que yo en estos años en Onda Cero he sido muy feliz. Yo podía haber estado allí el resto de mi vida profesional, pero entendí que había acabado un ciclo y estar en COPE era algo que entendí que se ajustaba a mi forma de ser, de sentir, y estar en un grupo que me garantizaba una coherencia, una comodidad ideológica que agradezco...

- ¿Comodidad que no tenía antes?

- No, no, quiero aclarar esto. En quince años en Onda Cero nunca he tenido un solo segundo de incomodidad. Forma parte de un grupo que tiene diferentes terminales. No todas las terminales del grupo interpretan la realidad con el mismo criterio. Yo no tengo nada que decir de cómo la interpretan los demás por lo que yo tampoco tengo que decir cómo la interpretan los demás.

- ¿Y ahora ese encaje es aún más redondo al escribir usted en ABC y hablar en la COPE?

- Por supuesto. No quiero dar la sensación de estar ahora encajado como una pieza de tétrix, porque parecería que antes no estaba bien encajado. A mí me hace particularmente feliz escribir en ABC y estar en COPE. Lo del Cavia (recién galardonado con el premio Mariano de Cavia)ha sido muy agradable. El otro día leía quiénes habían obtenido el Cavia, y daba miedo lo que hay ahí. Impone mucho. Que yo esté en esos nombres ha sido un orgullo que me ha hecho levitar unos días.

- Dicen que Carlos Herrera es la última de las estrellas de la radio, entendidas como los grandes locutores que han sostenido esa dura competencia en las mañanas y en gran medida las propias cadenas en las que estaban...

- Sería muy petulante por mi parte decir eso. Lo que sí creo es que el modelo de radio está variando. Esos programas donde cabe todo, la información, el entretenimiento.., probablemente están tendiendo a volver a la fracción. La política de información tiene un tiempo, el divertimento tiene otro. Eso apunta a que se está fraccionando, que hay una evolución. Eso sí, la evolución puede acabarse en cuanto surja una mujer o un hombre que lo abarque todo.