noticia
 
 
Carlos Herrera  

 

ONDA CERO

El que fuera escolta del líder cubano, Juan Reinaldo Sánchez, presenta en Herrera en la onda "La vida oculta de Fidel Castro". Durante la entrevista cuenta cómo son los anillos de seguridad de Fidel Castro, su huída de Cuba y su complicada época en un centro de detenciones donde "fui torturado y me inyectaron un medicamento para que se agravara más la situación de mi oído".

Sánchez señala que "para nada un escolta de Fidel Castro es una persona que tiene de todo", ya que "mi vida fue completamente normal, sin regalo alguno y tuve que enfretarme a momentos muy complicados en la seguridad de Fidel, como tener que arriesgar mi vida haciendo escapar a barracudas y tiburones, mientras qel presidente pescaba".

Además, asegura que no tiene ningún remordimiento de haber traicionado a Fidel Castro, ya que "fue él el que me traicionó a mi, haciendo incluso que mi familia sufriera, sólo porque me apetecía retirarme".

Por otro lado, habla de los casos de Arnaldo Ochoa y del general Abrantes. 

COMPRAR EL LIBROLos secretos nunca revelados de la vida de lujo del mandatario cubano, contados por quien fue su guardaespaldas durante 17 años.Juan Reinaldo Sánchez estuvo 17 años, entre 1977 y 1994, vigilando cada paso de Fidel Castro, como miembro del equipo de seguridad del mandatario, que acabó dirigiendo. Durante todo ese tiempo, en el que fue un empleado abnegado y fiel, que idolatraba a su jefe, anotó en su libreta muchos de los detalles de la vida privada de Fidel. A mediados de los noventa, y harto del clima enrarecido que empezaba a reinar entre los integrantes de la escolta de Fidel, Juan Reinaldo Sánchez decidió retirarse del servicio activo. Castro se mostró contrario a su decisión y a partir de aquel momento el antiguo guardaespaldas empezó a sufrir las consecuencias de haber tenido como jefe al dictador cubano. Le envió a la cárcel, de donde consiguió escapar y viajar a Estados Unidos en 2008. Desde Miami, y por primera vez, habla ahora de la vida secreta de quien desde los años sesenta dirige los destinos de todo el pueblo cubano.

  

lainformacion.com

Juan Reinaldo Sánchez, exescolta de Castro: "Fidel vive como un millonario"

  • Juan Reinaldo Sánchez fue guardaespaldas de Fidel Castro y ahora ha publicado un libro, 'La vida oculta de Fidel Castro', en el que le acusa de llevar una vida llena de lujos.
  • Catorce personas le acompañan a todos sitio, incluidos escoltas, chófer y médico, además de otras 40 personas que le protegen.

“Pensaba que Fidel Castro tenía todo el derecho a vivir como rodeado de lujo porque él se había sacrificado por Cuba.  Siempre justifiqué esa riqueza”, afirma el exmiembro de seguridad del ‘Comandante’, Juan Reinaldo Sánchez, quien ha publicado un libro en el que acusa a Castro de llevar una vida digna de cualquier millonario y poseer más de 20 mansiones, una isla o tres yates. Y es que la vida privada del líder de la revolución cubana era, junto a su salud, el secreto mejor guardado del régimen. Además también acusa al comunista de traficar con drogas, armas y diamantes angoleños gracias a los que se ha enriquecido. Su fortuna, según estima esta fuente, es de "más de 1.000 millones de dólares". Esta cifra ha sido contrastada con documentos y acontecimientos que presenció Sánchez como la entrega de un millón de dólares en efectivo que realizó une empresario cubano al que fuera el Jefe de Gobierno de Cuba.

“Hasta 1989 Castro era para mi un Dios, un mito y yo justificaba toda su riqueza pensando lo mal que lo había pasado en Sierra Maestra y lo que había luchado por el pueblo cubano”, explica Sánchez al recordar la decepción que sintió cuando conoció la cara más desconocida de Castro.

El año 89 supuso un punto de inflexión en la vida de Sánchez y el mito sobre Castro se le derrumbó. “Escuché una conversación entre el Ministro del Interior y Castro en la que el ministro le pedía que le rindiera cuentas sobre la droga. La venda que tenía puesta en mis ojos se me cayó”, recuerda. “En ese momento me entró una angustia tremenda porque yo estaba dispuesto a dar la vida por él. Me quedé unos instantes ido, no me lo creía”, se sincera. En ese momento, le mantuvo la lealtad y no contó nada a nadie.  

El momento en el que descubrió que el dirigente traficaba con drogas fue duro para él, pero posteriormente vivió otros que contribuyeron a la caída del mito: el tráfico de armas y de diamantes. “Estaba en la antesala del despacho de Fidel cuando este salió con una caja de puros llena de diamantes pequeños de Angola. Se los entregó a Manuel Millar Barruecos, su secretario personal, y le dijo: ‘Ya tu sabes lo que tienes que hacer’. Él tenía que venderlos en el mercado negro e ingresar el dinero en cuentas que posee Castro en paraísos fiscales”, explica Sánchez. El autor del libro desconoce los países en los que el revolucionario tiene cuentas, ya que ese tema “nunca se habló” delante de él.

También recuerda nítidamente la vez que asistió con Castro a la entrega de armamento para vender a la guerrilla de América Latina, a los movimientos de liberación, en el aeropuerto de Baracoa, al oeste de La Habana. “Eran las seis o las siete de la tarde, apagaron las luces de la pista y no se veía nada. Aterrizó un avión de Honduras, lo sé por la bandera hondureña que había en él, y era pilotado por hombres cubanos. Estos aviones salían hacia la frontera de Honduras y Nicaragua. Allí esperaba el general Ochoa y las entregaba a su destino”, recuerda y añade que las armas eran de procedencia norteamericana o checa.

La caída del mito y la gran decepción

Tras descubrir la doble cara de Castro pensó en retirarse, ya que no quería servir a una persona que tenía un doble rasero: por un lado proclamaba a los cuatro vientos el comunismo y por otro vivía en una vida capitalista y conseguía mucho dinero gracias al narcotráfico. “Pensé entonces en jubilarme, ya que sentía que no tenía que protegerle, pero no había trabajado los años suficientes para hacerlo”, prosigue. Sin embargo, tuvo que esperar  hasta 1994, cuando cumplió los años de servicio y quiso retirarse, pero entonces lo encarcelaron y estuvo preso dos años. En aquel momento, su hija y su hermana vivían en el extranjero, por lo que Fidel decidió apartarlo de la escolta para que no saliera en las fotos junto a él y “empañara su imagen”. “Quisieron que siguiera pero no como escolta. Entonces, tras unas vacaciones, entregué mi carta de jubilación”, explica.

“Era la primera persona de la escolta de Fidel que pedía jubilarse. No me podían acusar de ningún delito, pero si yo me marchaba, otros escoltas lo podían hacer, entonces me acusaron de insubordinación, para así prevenir que otros pidieran la jubilación”, asegura. La cárcel no estuvo exenta de dificultades para Sánchez. “Me torturaron varias veces e incluso un médico me intentó asesinar con un medicamento para la otitis. No me fiaba de nadie porque en todas las cárceles hay algún preso informante que cuenta a los policías lo que se dice o lo que se hace”, dice.

Durante ese tiempo en prisión reflexionó sobre el que había sido su mito. “Me hice una promesa: Algún día el mundo entero se enterará quién es de verdad Fidel Castro. Ya no le debo secreto profesional y voy a contarlo”, afirma.

“Descubrir que Fidel traficaba con drogas, armas y diamantes supuso una de las mayores decepciones de mi vida”, afirma tajantemente este huido de Cuba y afincado en Miami desde 2008. “Vi que era capaz de matar a su hombre de confianza, al general Ochoa, al que fusiló,  y pensé en lo que me podía llegar a pasar. No podía cuidar a un hombre que me engañaba y me utilizaba con ese doble rasero”, explica.

Según el exmiembro de seguridad de Castro los cubanos saben la vida que lleva el mandatario de la revolución. “Siempre viaja en Mercedes y eso se ve”, indica. Sin embargo, ahora  tras la publicación de su libro,  asegura que esa creencia se verá contrastada ya que es la primera vez que se “aportan pruebas como imágenes y documentos” que certifican la vida de excesos.

La riqueza, tema tabú y las transfusiones de sangre, todo un orgullo

Sánchez afirma que las posesiones de Castro eran un tema tabú entre la guardia pretoriana que velaba por su seguridad. “Su riqueza fue un tema del que nunca hablamos. Cuando yo llegué a ese reducido grupo de escoltas me dijeron que tenía dos ojos, dos orejas y una boca, por lo que yo tenía que ver, oír y callar”, explica y añade que con sus compañeros “nunca” habló de Fidel.

Por otro lado, en el libro relata que dos miembros de su seguridad eran los donantes de sangre de Castro en caso de que éste necesitara una transfusión de urgencia. “En una visita a España en 1992 Castro rompió la dieta que llevaba. Entonces, al regresar a Cuba enfermó gravemente y empezó a perder sangre por el recto. Los médicos le practicaron unas transfusiones de sangre, pero no funcionaron y dos escoltas tuvieron que donarle sangre”, relata. “Para ellos era motivo de orgullo darle sangre a él, no decían nada, pero se les veía en la cara”, asegura.

A pesar de lo idolatrado que tenía en aquel entonces a Castro, Sánchez no sintió decepción cuando se enteró que no podía donar sangre a su ‘Jefe’. “Yo ya sabía que pertenecía al grupo 0+, y aunque le podía dar sangre, ellos querían la más pura e idéntica. Fidel pertenece al grupo sanguíneo A-”, afirma.

El Castro más privado

A pesar de predicar el comunismo, su vida, según relata este escolta, no está exenta de lujos. Posee a lo largo y ancho de Cuba más de 20 mansiones, tres yates, un hospital privado y hasta empresas que le producen para su uso y disfrute los yogures, el tabaco, el queso y el helado. “Son empresas pequeñas que se dedican a producir esto exclusivamente para Castro. No fabrican grandes cantidades y lo que Fidel no consume, lo regala a sus visitantes o invitados para que lo prueben”, relata.

Respecto a su día a día, el exguardaespaldas recuerda que Castro se despertaba tarde. “Su día comenzaba a las tres o las cuatro de la tarde. Iba al palacio y se reunía con las audiencias programadas para ese día, concedía entrevistas y firmaba documentos. Cuando salía, entre las ocho y las diez de la tarde, se reunía con su hermano Raúl e iba a distintas tertulias. A la noche lo llevábamos a su cine privado”, indica.

Según asegura Sánchez, Castro es un aficionado de los temas históricos y bélicos. “Le encantan las películas de las Guerras Mundiales, y no descarta las películas según donde se hayan hecho, ya que veía muchas americanas, sino que las descartaba por la temática”, afirma. A la hora de leer, escogía el mismo tema. “Le encantaban las biografías de personajes históricos como Carlo Magno, Lenin o Napoleón”, afirma.

Respecto al carácter de Castro, asegura que es “ecuánime” y que se vuelve “colérico hasta patear el piso”. “Tiene una doble personalidad. En público es una persona amable y comprensiva, pero otras veces está metido en sí mismo”, confiesa.

También resalta de él la parte detallista que tenía con sus amantes a las que agasajaba con cenas y obsequios, detalles que olvidaba para su esposa, Dalia Soto del Valle. “Nunca se acordaba de su cumpleaños, y éramos los escoltas los que comprábamos un ramo de flores o una postal para que se la regalara”, asegura y añade que nunca le hacía grandes regalos dado que la esposa “no necesitaba nada ya que vestía de las mejores marcas cubanas y tenía de todo”. Para los hijos, era Dalia la que se encargaba de comprar los regalos.

Sin embargo, la cabeza olvidadiza que tenía Castro para los detalles familiares, con quien “no mostraba mucho afecto”, no la tenía para las amantes. “Tenía una casa a la que las llevaba a cenar y donde se reunía con ellas. Era la casa Carbonell, un complejo en el que tenía varias casas, como la casa de los regalos”, relata. A su juicio Castro no es mujeriego, pero sí que ha llegado a tener “dos o tres amantes a la vez”, aunque le "duraban mucho tiempo". “Con una de ellas, con Juanita Vera, con quien tiene un hijo, estuvo desde los años 70 hasta el momento en el que empeoró por su enfermedad, en 2006”, asegura. Respecto al tema de las amantes, asegura que Dalia “no sabe nada”. “Para hablar con Fidel tenía que llamar a su chofer o a sus miembros de seguridad. No tenía a quien preguntar nada sin que Fidel se enterara”, sentencia.

Según este exmiembro de seguridad, Castro era una persona fría hacia sus hijos. “Nunca mostraba una muestra de afecto, no les hacía caricias ni nada”. “Su hijo Ángel, el quinto de los que tenía con Dalia era su ojito derecho, a pesar de que era el único que no había ido a la universidad y que no tenía preparación”, confiesa añadiendo que Ángel llegó a ser el representante de Mercedes Benz en la isla.

Pero, pese a todo a Castro no le gusta presumir y ahcer ostentación de lo que posee. “Una vez le regaló a uno de sus hijos, a Antonio, un reloj. Le dijo que fuera a la casa de los regalos y que cogiera uno que no fuera de oro y no tuviera piedras preciosas”, relata. La casa de los regalos está en el mismo complejo que la casa en la que mantenía sus encuentros amorosos con las amantes y que el cine particular. La casa, con fuertes medidas de seguridad, tiene en su interior obsequios de otros dirigentes como Sadam Hussein, y entre los regalos destacan desde “una lanza de palo africana hasta un fusil con el gatillo de oro, además de sortijas de piedras preciosas y relojes de oro”.

De la entrevista con Sánchez, se puede intuir que Castro es un obsesionado de su seguridad. “Junto a él se desplazaban entre 10 y 14 hombres, incluyendo médico y chófer. Además, estaba el segundo anillo de seguridad, que eran unos 40 hombres que se colocaban en posiciones más alejadas de los escoltas, con el fin de tener controlado todo”, explica. 

Una vida con miedo

“El gobierno cubano tiene la mano muy larga”, explica Reinaldo al ser preguntado por si ha recibido amenaza por parte del ejecutivo de Raúl Castro. “No he recibido amenazas directas, pero sí tomo muchas precauciones como no viajar nunca solo”, afirma.

Desde que reside en Miami colabora con una agencia de seguridad a la que instruye y estos le hacen las veces de escolta cuando tiene que desplazarse o acudir a un acto público. “Por mi familia no tengo miedo porque ya no tengo a nadie en Cuba y están todos en Miami conmigo”, asegura.

Sin embargo, a pesar de las precauciones que tiene que tomar desde que publicó el libro, nunca se planteó no publicarlo. “Yo ya no le tengo por qué guardar secreto profesional”, añade Sánchez, abogado de profesión y experto en seguridad al que le costó más de dos años escribir el relato.

La novedad de este libro, según su autor es que por “primera vez se demuestra lo que se dice”. “Nunca antes se ha demostrado con documentos gráficos lo que se escribía sobre Fidel. En mi libro aparecen los yates, las botellas de vino caras y las de ron extranjero porque nunca bebía cubano”. Opina que el libro se verá en Cuba de manera clandestina, porque el régimen lo prohibirá.

La salud de Fidel

El tema de la salud de Fidel Castro es un secreto de Estado. El hermetismo del régimen impide saber a los ciudadanos cómo se encuentra el mandatario, pero Sánchez sigue teniendo información privilegiada. “En la crisis de salud que tuvo en 1992, se le informó a Raúl sobre el estado de salud de Fidel. Se le quedaron secuelas ‘fisicomotoras’, casi no camina por sí solo y tiene muchas lagunas mentales. Hay veces que no reconoce a su entorno y ratos de lucidez en los que sí”, afirma.

A pesar de que en muchas ocasiones se ha especulado sobre la muerte de Castro, el líder comunista “está vivo”. “Si se muere me enteraré, ya que sé el protocolo que van a seguir, la escalera de cómo se va a comunicar”, afirma y asegura que no quiere desvelar nada más para que no se “cambie el protocolo de actuación”. “Lo contaré de inmediato, pero sé que van a tardar varios días en comunicarlo a la opinión pública”, desvela.  “Sólo puedo decir que no lo van a decir de golpe a la opinión pública, si no que va a ser algo gradual. Lo prepararon en la grave crisis de salud que padeció en 1992”, concluye.

Actualmente el comunista por excelencia vive en su residencia de Punto Cero, un complejo con varias viviendas para sus hijos y su personal. “Exactamente él vive en una casa de dos pisos, con seis habitaciones además de cocina, despacho y huerta con riego”, explica.

Cerca de 20 mansiones, tres yates y un helipuerto son algunas de las posesiones de Fidel Castro

  • Un libro cuenta la vida secreta del mandatario revolucionario cubano al que acusa de vivir como un magnate capitalista.
  • Castro posee una isla privada con helipuerto, un yate con todo tipo de lujos y una piscina semiolímpica.

AMPLIARSon los secretos mejor guardados de la revolución cubana, cuyo dirigente, Fidel Castro, predica con el comunismo y no sigue el ejemplo. Ahora, un libro que se llama ‘La vida oculta de Fidel Castro’ desvela que el mandatario revolucionario cubano lleva una vida que se asemeja más a la de cualquier magnate capitalista o a la de un jeque árabe que a la de un líder del comunismo. Ni rastro de la austeridad que predica y en la que viven sumidos sus compatriotas. “Al revés de lo que él siempre ha dicho, Fidel nunca ha renunciado a las comodidades del capitalismo ni ha escogido una vida austera. Por el contrario, su modo de vida es el de un capitalista” afirma el libro.

Una isla privada llamada Cayo Piedra, cerca de 20 mansiones, tres yates, uno de ellos es el Aquamara II, una piscina semiolímpica con delfines, un helipuerto y exclusivos cotos de caza son algunas de las propiedades desconocidas que posee Fidel Castro y que ahora salen a la luz gracias a la publicación de un libro sobre sus secretos que han sido contados por un exguardaespaldas del cubano.

Y es que, según apunta el libro ‘La vida oculta de Fidel Castro’,  la vida pública del líder comunista, la que él relata en sus apariciones públicas, es “mentira”. Estas memorias muestran a Castro como un señor feudal que vive con todo tipo de lujos. El testimonio, que ha salido a la venta en Francia, ha sido publicado por el periodista Axel Gyldén, gracias a una serie de entrevistas que le ha concedido un exmiembro de la seguridad de Fidel Castro, Juan Reinaldo Sánchez y ha sido publicado después de que el periodista galo contrastara que las informaciones filtradas por Reinaldo eran ciertas.

La isla privada está ubicada en el Caribe, exactamente a 15 kilómetros de la Bahía de los Cochinos. Se trata de dos islotes de arena blanca, unidos por un puente de 200 metros, que están rodeados de un mar transparente, según se puede apreciar en las imágenes de Google Earth. Según informaciones publicadas por distintos medios norteamericanos, las islas poseen una rica fauna marina, que Castro utiliza para practicar caza subacuática. Las islas tienen un puerto para atracar el lujoso yate, de 88 pies de eslora (unos 27 metros de largo) y equipado con todo tipo de lujos, y un criadero de tortugas. Este yate es regalo del exdirigente soviético Leónidas Breznev y esta fabricado con madera de Angola, según apuntan los medios franceses. También hay varias mansiones, una para la familia del revolucionario, otra para los escoltas y otra para los huéspedes. Uno de los invitados más asiduos a la isla, según apuntan los medios hispanos, fue el escritor colombiano Gabriel García Márquez, íntimo amigo de la familia Castro.

Además, entre sus propiedades, destaca una mansión que posee en La Habana en la que tiene, según informan medios hispanos de Estados Unidos, un bungalow con puerto, un centro médico, una cancha de baloncesto y una bolera. Esta residencia tiene, según la revista brasileña Veja, 1.200 metros cuadrados, y está situada en una propiedad de tamaño equivalente a 36 campos de fútbol.

Una vida al servicio de Fidel Castro

Juan Reinaldo Sánchez tiene 65 años y vive en Miami, tras haber huido de Cuba. Trabajó durante cerca de 17 años como escolta personal de Fidel Castro hasta que el gobernante cubano “perdió la confianza en él”. Esto ocurrió en 1994, cuando un hermano del miembro de seguridad de Castro huyó de la isla y se le obligó a dejar el servicio de guardaespaldas y ser transferido, pero él solicitó el retiro.

En ese momento lo detuvieron y estuvo preso durante tres años, hasta que logró escapar y huir en una lancha rápida a México, de donde pasó a Estados Unidos y donde reside hoy en día junto a su familia.
Los cinco últimos años como escolta de Castro, perteneció a su círculo más próximo, por lo que viajó “centenares de veces” a la desconocida isla privada. A esta isla sólo viajaba la familia más cercana de Castro y los guardaespaldas que iban con él “tenían el mismo grupo sanguíneo que el comandante por si le tenían que hacer una transfusión de urgencia”.

Así, en una entrevista concedida a América TeVe, el teniente coronel Reinaldo, cuenta que dos escoltas eran donantes de sangre de Castro. "En el año 83 le diagnosticaron un cáncer de intestino y perdía mucha sangre por el recto, por lo que le tenían que hacer transfusiones", explica el exescolta en la entrevista y añade que Castro pertenece al grupo sanguíneo A-.Además, según relata Reinaldo, Fidel tiene su "propio hospital con todo lo habido y por haber: salas de rayos X, dentista etc".

Uno de los mandatarios más ricos según Forbes

En 2006, la revista Forbes publicó que Castro era uno de los mandatarios más ricos del planeta, una afirmación que él mismo desmintió y aseguró entonces que su sueldo era de 900 pesos cubanos, lo que equivaldría a 26,54 euros al mes. Ahora estas afirmaciones realizadas por el Comandante han sido desmentidas a través de la publicación del libro de su exagente de seguridad que el 21 de octubre saldrá a la venta en España editado por el grupo Planeta.