"Mohamed Merah murió de un disparo en la cabeza". La versión oficial que dio el Gobierno francés sobre el asalto a la vivienda del 'asesino de la moto' sigue en pie, pero la autopsia del cadáver del terrorista ha desvelado nuevos detalles sobre la operación del RAID, el cuerpo de élite de la policía gala.

Según informa la edición digital de Le Parisien, Merah falleció por el impacto de dos balas. Una le alcanzó en la cabeza, en el lado izquierdo de la frente. El otro proyectil penetró el abdomen del joven francés de origen argelino, que llevaba puesto un chaleco antibalas. "No sabemos cuál de los disparos le alcanzño primero", señaló a la web gala una fuente judicial anónima.

Además, los resultados de la autopsia -llevada a cabo en el instituto médico legal de Bordeaux- revelan que los agentes del RAID acribillaron al homicida, cuyo cadáver presenta al menos 20 huellas de impactos de bala. La mayoría de los tiros le alcanzaron en las piernas y en los brazos penetrando desde la parte posterior de su cuerpo. Pese a los disparos, Merah siguió con vida hasta alcanzar el balcón de su casa, desde donde se tiró.

En una entrevista concedida a la emisora France 24, el coordinador nacional de los servicios de Inteligencia franceses, Ange Mancini, recordó que en el despliegue policial cinco agentes resultaron heridos y subrayó que el asalto fue "consecuencia" de la decisión del asesino de no entregarse a las autoridades y decir que quería morir con las armas en las manos.

"No estamos en un videojuego, sino en la vida real", añadió el también consejero presidencial, alegando que algunas alternativas citadas por los críticos -como el uso de gases lacrimógenos o paralizantes- no se consideraron viables.