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Carlos Herrera  

 

COPE

El profesor Enrique Cocero analiza la situación de la vivienda social en España, poniendo el foco en que España "ocupa el puesto 18 en la Unión Europea"

Este jueves, los comunicadores de COPE vuelven a salir a la calle, en esta ocasión para analizar la situación del mercado inmobiliario español y buscar respuestas. La amplia programación ha comenzado en 'Herrera en COPE' visitando distintos puntos de España como Sevilla o Toledo y buscando las claves de la mano de los mejores expertos, como Marc Vidal.

Por su parte, el profesor Cocero también ha aportado su análisis, en este caso poniendo el foco en la situación de la vivienda social en España en relación a otros países de nuestro entorno. Del total de construcciones del país, tan solo el 2,5% son vivienda social. Nuestro país "ocupa el puesto 18 en la Unión Europea, y solo estamos por delante de Portugal, Croacia, Estonia y Rumanía". A la cabeza del ranking encontramos al "país anteriormente conocido como Holanda lidera este ranking con un 30% de la vivienda social, seguido de Austria con 24 % y de Dinamarca con un 21".

Poniendo el foco en la situación de España, "los planes de vivienda protegida los genera el gobierno y los coordina con las comunidades autónomas que tienen asumida la competencia. Así, Andalucía es la región con más vivienda social en alquiler y La Rioja la que menos, pero la que más desproporción presenta entre las más pobladas es la Comunidad Valenciana".

El problema de la vivienda en España

En este punto, Cocero ha desgranado cuál es el principal problema del mercado de la vivienda en nuestro país: "Se está haciendo un campo de batalla lateral, tangencial si lo quieres llamar así. Las políticas que se plantean desde el gobierno resaltan más el intervencionismo sobre la vivienda ya construida, que el fomento de la vivienda social, tanto para el alquiler como para la compra".

"El cortoplacismo del que nos vemos inundados hace que, sobre todo la parte morada el Gobierno, pretenda presentar el problema como una interminable lucha de clases y contra los grandes propietarios, con su consiguiente ruido y busca de rédito electoral. Todo esto sacrificando una política de vivienda sensata que nos acerque a Países Bajos, Austria o Dinamarca, países de nuestro entorno con los que sí poder homologarlos", ha concluido.