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Carlos Herrera  

 

 AGENCIAS

Bono considera a Zapatero «un fijo» en las quinielas sobre la sucesión

El presidente del Congreso recalca que su líder es el que marca la estrategia socialista

José Bono recibió ayer en su despacho al ministro de Fomento, José Blanco.

La cuenta atrás ha comenzado y los políticos estudian cómo pueden convencer a una parte de los 35.381.270 electores que podrán votar en los comicios autonómicos y locales del 22 de mayo, según los datos del censo que ayer hizo públicos el Instituto Nacional de Estadística (INE). El voto extranjero, con casi medio millón de electores, contará en esta ocasión más que en anteriores, si bien el factor clave puede ser la presencia o no del presidente Zapatero en las generales de 2012. Así lo creen muchos barones socialistas, que a lo largo de los últimos meses no dejan de especular al respecto. Uno de los futuribles, el ex ministro José Bono, afirmó ayer que su «fijo en las quinielas» es su propio líder.

Tras reunirse durante casi una hora con el ministro de Fomento, José Blanco, el dirigente albaceteño afirmó que será su jefe «quien marque y decida» cómo ha de ser la política futura del PSOE.

‘el confesionario’.

Tras haberse entrevistado en las últimas semanas en su despacho de la Cámara Baja con el propio Zapatero, con el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el pasado miércoles con el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, Bono recibió ayer al vicesecretario general de su partido. Todas estas visitas han hecho que algunos periodistas llamen a su lugar de trabajo el confesionario.

Otro de los aspirantes, el barón extremeño Guillermo Fernández Vara, volvió a dejar otra perla, al lamentar que, quizás, ya sea «un poco tarde» para que su secretario general a nivel nacional desvele el misterio.

Mientras, en Ferraz, se aguarda como agua de mayo -aunque sea abril- que el político leonés aproveche el Comité Federal de mañana para marcar un calendario o una hoja de ruta que permita aparcar el debate sucesorio, y que el partido se centre en la campaña de las municipales y autonómicas.

Según diversas fuentes socialistas consultadas, en los últimos días ha ido calando en las filas del bloque progresista la impresión de que Zapatero no anunciará si aspirará o no a un tercer mandato pero, al mismo tiempo, se considera imprescindible que diga algo que permita relegar a un segundo plano el debate sobre su sucesión y no contaminar más la precampaña del 22-M. Y es que preocupa mucho que toda esta polémica eclipse por completo su campaña. Incluso más que el escándalo de los ERE en Andalucía.

A este respecto, la jueza que instruye el caso fue atacada por el diputado progresista Juan Luis Rascón, magistrado en excedencia, que tachó de «salvaje desmesura» su petición de que la Junta le entregue las actas de Gobierno desde 2001.

El PP también cargó contra los representantes de la Justicia, concretamente por el asunto del espionaje de diversos cargos del Ayuntamiento capitalino. Así, el equipo de Aguirre cuestionó que una «abogada socialista», en tiempo «récord» de «14 días», haya reabierto un caso que ha tardado en instruirse «año y medio».

Y por si todo esto no fuera poco, ayer trascendió que el presidente de los populares, Mariano Rajoy, y el líder del PNV, Íñigo Urkullu, se reunieron hace 15 días en Madrid, en una comida, para analizar la situación política y económica. Durante la cita, el dirigente nacionalista trasladó al político gallego su reflexión de que el acuerdo entre su partido y el PSE-EE en Euskadi «no está funcionando».