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Carlos Herrera  

 

COPE

 

Señoras, señores, me alegro. ¡Buenos días!

 

Le diré que hace calor, pero en la azotea del Hotel Querencia corre una suave brisa mañanera que hace más soportable la noche, que por ejemplo aquí en Sevilla no ha bajado de los 28 grados. El día se espera que en algunos puntos de la península, cuanto más al sur, más calor, se alcancen temperaturas de 43 grados. Y esa ola de calor no se va hasta el jueves, aproximadamente.

Se queda por aquí y ya veremos luego. El fin de semana que viene se atenúa un poco la cosa. Algunos se preguntan qué calor hará en Andalucía el fin de semana que viene. Hará calor. ¿Invitará a eso a que el personal vaya a la playa? Seguramente, esta comunidad tiene mil y pico kilómetros de costa. El voto por correo ya les adelanto que ha aumentado en torno a dos, tres veces lo que era habitual a estas alturas de la campaña. Eso qué quiere decir, ¿hay más ganas de votar? Seguramente sí, pero es gente que tiene previsto el domingo hacer otras cosas.

¿En otras condiciones harían lo mismo, pero votaron tres veces menos? Eso significa que hay mucho interés y expectación por estas elecciones en Andalucía, indudablemente, pero miren, el PP haría ciertamente mal en confiarse y teme como un nublado que el rosario, la ensaladilla o la macedonia de las últimas encuestas que se pueden publicar le den un triunfo holgado, suficiente para poder gobernar incluso sin la coalición con Vox.

Cada vez que se dan estos augurios, al PP le entran los siete males, porque recuerda el fantasma del 2012. Javier Arenas consiguió nada menos que 50 diputados, pero no pudo gobernar y las encuestas le daban la mayoría absoluta, pues muchas expectativas no son siempre halagüeñas.

Entre que metemos o no metemos los pies en agua, para refrescarnos un poquito, les cuento cómo han sido las últimas horas y sobre todo cómo pueden ser los cinco días decisivos para las elecciones andaluces. Es evidente que el peligro de la abstención es la clave de todo. Fíjense, en Francia ha habido empate técnico en las legislativas entre Macron y Mélenchon. Son otras circunstancias, es otro desafío, desafecto, es otro hartazgo, cansancio, llámenlo como quieran ustedes, pero un 53 %.

El fantasma de la abstención es el gran miedo de quienes son ahora mismo los favoritos, el señor Juanma Moreno con el que hablaremos dentro de aproximadamente de una hora. ¿Cómo va a ser este tramo final de la campaña? Miren, conociendo a los clásicos, poco barro han soltado hasta ahora la izquierda.

Yolanda Díaz, este elemento súper chuli de la campaña, a los represaliados por el franquismo y a la guerra civil. Esta cree que está en un mitin de 1978. Viven en un bucle permanente removiendo determinadas náuseas para ver si así sacan algo de ventaja. El tramo, ya lo verán ustedes, es inquietante para algunos, primero para lo que las encuestas no solo no ganan sino que pierden y de qué manera. Lo hace el Partido Socialista. Es que el PSOE no es capaz de movilizar a su gente y el PP incluso le roba votantes.