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Carlos Herrera  

 

ONDA CERO

Carlos Herrera habla sobre las consecuencias de que la nueva Rumasa esté en la antesala de suspensión de pagos. 

 

Madrid, 18 feb (EFECOM)

Los 5.000 inversores de pagarés de Nueva Rumasa no serán los últimos en cobrar si las sociedades del grupo de José María Ruiz-Mateos finalmente se acogen al concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos).

Según los expertos consultados por Efe, tendrán prioridad para cobrar las cantidades invertidas aquellos que hubieran acudido a una emisión de pagarés que contara con una garantía real que asegure la devolución del dinero.

La publicidad de la tercera emisión de pagarés de Nueva Rumasa (que ofrecía una rentabilidad del 8%) sostenía que la devolución de la inversión estaba respaldada por una "garantía real ante notario", que eran las existencias de brandy de jerez de la marca "Conde de Jerez", con un valor de 1.200 millones de euros, según el profesor del IESE Pablo Fernández.

Por su parte, los inversores en pagarés no garantizados tendrán el carácter de acreedores ordinarios, es decir, que cobrarán después de que lo hayan hecho los privilegiados generales (como Hacienda o la Seguridad Social) o los privilegiados especiales (como los que tienen garantías), explica Agustín Bou, socio del despacho de abogados Jausas.

"Los últimos en cobrar sólo serán aquellos inversores que hayan suscrito ampliaciones de capital, ya que se están convirtiendo en accionistas", añade el socio de CMS Albiñana & Suárez de Lezo Juan Ignacio Fernández Aguado, que insiste en que no es el caso de los inversores en pagarés.

A finales de 2010 y principios de 2011, Clesa y Dhul comenzaron a anunciar sendas ampliaciones de capital a las que podían acudir inversores que suscribieran participaciones mínimas de 50.000 euros, que recibirían un interés anual del 10%.

Si finalmente Nueva Rumasa pide el concurso para diez de sus sociedades (entre ellas Carcesa e Hibramer, que han emitido pagarés), las garantías que avalan la devolución del dinero invertido pueden llegar a constituir un problema, como apunta Fedra Valencia, socia del despacho Cuatrecasas.

"Las mercancías son muy difíciles de controlar, de modo que si el objeto de la prenda o garantía desaparece, los inversores pasarán de tener privilegio de cobro a ser acreedores ordinarios, que es su peor escenario posible", señala la abogada.

Carcesa, Clesa, Garvey, Hotasa, Dhul, Elgorriaga, Hibramer, Trapa, Carcesa, Quesería Menorquina y el equipo de fútbol del Rayo Vallecano comunicaron ayer a los juzgados que se acogían al preconcurso de acreedores, que les otorga un plazo de 4 meses para negociar un plan de pagos y evitar declararse insolventes.

La deuda bancaria de las empresas del grupo Nueva Rumasa asciende a 700 millones de euros y, según José María Ruiz-Mateos hijo, la mayor parte corresponde a las diez empresas que se han acogido a este procedimiento de la Ley Concursal.

Al Banco Santander y a Banesto se le debe prácticamente la mitad de esta cifra y entre las entidades a las que el grupo adeuda también se encuentran el Royal Bank of Scotland (RBS), el banco alemán Aereal Bank y varias cajas de ahorros andaluzas, como Cajasol y Cajasur, según fuentes del mercado. EFECOM
 

 

 

SIGLO XXI

Rumasa. El exdirector de comunicación de Nueva Rumasa asegura que el Gobierno debe aún 18.000 millones de euros a Ruiz-Mateos por Rumasa

El exdirector de Comunicación de Nueva Rumasa José María Moncasi de Alvear afirma que el Gobierno todavía debe al empresario José María Ruiz-Mateos 18.000 millones de euros por la expropiación del holding Rumasa.

Moncasi de Alvear asegura, en una carta al director en el diario "Abc" recogida por Servimedia, que, "para tranquilidad" de los inversores, Ruiz-Mateos "cumplirá con sus compromisos cueste lo que le cueste".

Además, critica que el Estado no le devolviera el dinero que le adeuda y pide que le conceda "ayudas, subvenciones" para afrontar los 700 millon