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Carlos Herrera  

 

COPE

El pasado 7 de enero falleció en Ávila Francisco Laína, uno de los hombres con mayor peso político en la España de los años ochenta. Dedicó su vida a España y a la democracia

La España del posfranquismo vivió una constante reconversión hacia lo que se ha transformado hoy en día. La idea de democracia, era para mucha de la gente una auténtica equivocación, motivada por una sociedad ansiada y deseosa de hallar algún punto de libertad que los liberaran del yugo de cuarenta años de dictadura. En todo ese tiempo, hubo una serie de personalidades políticas que permaneció estable ante el pulso constante de quienes no creían que fuera posible una España mejor a la que ellos vivieron en tiempo de antaño; sin embargo, el tiempo demostró un país democratizado, libre y desarrollado era posible, aunque no sin dificultades.

Uno de los hombres que pasó desapercibido con el paso de los años, pero que sin lugar a dudas resultó fundamental, fue Francisco Laína; un hombre que nació y se crio en Ávila, en lo profundo de la tierra castellana, y que durante catorce horas decisivas, se encargó de dirigir la Comisión Permanente de secretarios de Estado y de subsecretarios, con el fin de calmar las constantes derivas de duda, incertidumbre y temor que el Golpe de Estado militar, había generado el 23 de febrero de 1981.