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Carlos Herrera  

 

COPE

El artista acaba de escribir "El hijo del Capitán Trueno", un libro dedicado a su infancia y a la relación que tenía con su padre, Luis Miguel Dominguín

Miguel Bosé es uno de esos artistas que marcaron una época. En 1975, debutó como cantante profesional con un modesto single titulado "Soy", de cuya producción y lanzamiento se encargó uno de sus primeros descubridores, el entonces afamado vocalista Camilo Sesto. Esta discreta opera, pasó prácticamente inadvertida para el público y la crítica, e idéntica suerte corrió su segundo single, "No es tan fácil".

Es hijo del torero español Luis Miguel Dominguín y de la actriz italiana Lucía Bosé. Miguel, cursó estudios en el Liceo Francés de Madrid durante catorce años y estudió teatro. También, debutó en cine a los quince años.

En la década de los 2000, se embarcaría en numerosas giras con "Girados", "Sereno", "Velvetina" o "Papito".

Dentro de los premios que ha ganado se encuentran: Grammy Latino al Mejor Álbum Pop Vocal Masculino por su disco Sereno en 2002, World Music Award al Artista Español con más Ventas a Nivel Mundial en 2007 y en ese mismo año se llevó el Premio Ondas de la Música al Mejor Álbum por su álbum Papito.

Pues acaba de publicar un libro, titulado, "El hijo del Capitán Trueno", donde busca un relato sin edulcorar ningún dato de su vida, contando las cosas tales como fueron.

"En este libro, me acuerdo de todo, de lo bueno y de lo malo. El libro comienza con la toma de posición de mi madre el día de Nochevieja, desatando todo lo que estaba siendo ocultado. Mi padre se desesperó en algún momento, creía que sus genes de torero iban a prevalecer, en mi caso no fue así. Pretendía que tuviese un hijo muy machote, cazador y con ese pensamiento de la España más antigua" ha manifestado el artista.

COMPRAR EL LIBROMemorias de una vida excepcional

La fama de Miguel Bosé es tal que la mayoría de nosotros le consideramos un viejo conocido. Alguien de quien creemos saberlo todo y que, pensamos, es muy difícil que nos sorprenda. Sin embargo, si hay algo para lo que el autor tiene un talento extraordinario, y lo ha demostrado desde el principio de su carrera, es para pulverizar los prejuicios.

Todos los lectores que al ver este libro se hayan preguntado, “¿qué me puede contar que yo no sepa?” se quedarán prendados de las primeras páginas (¡y qué páginas!) de una historia, la suya, que comienza con el aliento de los cuentos atemporales: unos niños perdidos a merced de un padre todopoderoso, acostumbrado a que su voluntad fuera ley, y una madre arrolladora de belleza legendaria.

Generoso y audaz como nunca le hemos visto, el autor nos ofrece la cara menos conocida de personajes memorables, desde un Picasso vulnerable y crepuscular, al hermoso y maldito Helmut Berger. Y, destinada a permanecer con nosotros mucho tiempo después de cerrar el libro, la Tata, auténtico espíritu benéfico, que nos recuerda a las mujeres corajudas dispuestas a todo para proteger a las criaturas indefensas.

Una historia que transcurre en el país de nuestro pasado, que bebe en los recuerdos de nuestra infancia y juventud y que demuestra, una vez más, que en la contradicción, en el dolor y en la alegría de vivir, Miguel Bosé nos entiende, nos acompaña y nos representa.