noticia
 
 
Carlos Herrera  

 

COPE

El presidente de SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, ha explicado en 'Herrera en COPE' las verdaderas intenciones del padre de Anna y Olivia

La manera en la que se produjo la desaparición de Anna y Olivia y las dificultades extremas que han encontrado los investigadores para encontrar a las niñas demuestran lo rebuscado del plan de Tomás Gimeno. Así lo ha explicado en 'Herrera en COPE' Joaquín Amills, de SOS Desaparecidos, que ha ejercido en todo momento como portavoz de la familia. Amills ha explicado cómo se tomó la madre el hallazgo del cadáver de Olivia: “La madre lo tenía ya asumido ayer por la noche. Incrédula, porque era un escenario que ninguno contemplábamos. Estábamos convencidos de que se las había llevado. También por lo que nos decía su vínculo cercano. Estábamos tremendamente esperanzados de que se iba a encontrar”.

Esa esperanza de que las niñas siguieran con vida no era casual, sino parte del malvado esquema de Tomás Gimeno, que contaba con causar el mayor daño posible a la madre, dejándola para siempre con la duda sobre el futuro de las niñas. Si no fuera por el extraordinario trabajo de la Guardia Civil, ha explicado Amills, las niñas podrían haber estado desparecidas durante años, o para siempre. La familia cree que ese era el plan de Gimeno, que Beatriz nunca llegara a saber si sus hijas seguían vivas o habían muerto: “Ha querido hacer tanto dolor. Porque tirarlas a una fosa...Quiso alargar el dolor de Beatriz a la eternidad. A que nunca dejaran de estar desaparecidas. Porque si hay algo peor que la muerte es un desaparecido. Y pasan los años y las familias siguen buscando respuestas. Ese sujeto es tan malvado que pretendía eso. Ahora Beatriz puede cerrar el círculo”.

Cuarenta días buscando a Anna y Olivia

El buque oceanográfico 'Ángeles Alvariño' ha encontrado este jueves el cuerpo sin vida de Olivia, la niña de seis años que hace más de cuarenta días desapareció en la isla de Tenerife junto a su hermana Anna, de tan solo un año, y su padre, Tomás Gimeno.

El cuerpo fue hallado al mediodía por el robot submarino de rastreo del 'Ángeles Alvariño' a unos 1.000 metros de profundidad, a unas tres millas de la costa de Santa Cruz. Se encontraba dentro de una bolsa de deportes amarrada a un ancla. Junto a ellas se halló otra bolsa también lastrada por el ancla, aunque vacía.

La desaparición de Anna y Olivia se produjo el martes 27 de abril. Tomás Gimeno recogió a sus hijas a las cinco de la tarde, tal y como había pactado con Beatriz, madre de las niñas. Aunque debía entregarlas a las nueve de la noche, nunca llegó a hacerlo. A partir de entonces se suceden una serie de llamadas en las que Gimeno advierte a Beatriz de que no las volverá a ver nunca más. También envía mensajes de despedida a su padre y a amigos.

Beatriz y el padre de Tomás denuncian los hechos ante la Guardia Civil y la tarde del miércoles aparece una embarcación propiedad de Gimeno a la deriva y vacía frente al Puertito de Güímar. Al día siguiente, con la primera luz del día se despliega un amplio dispositivo de búsqueda que halla flotando en el mar una silla de coche para bebés que pertenece a Anna, la menor de las niñas.

Las cámaras del Puerto Deportivo Marina Tenerife captan a Tomás Gimeno el día de la desaparición. Según las imágenes, llega al muelle con su coche a las nueve y media. Da varios viajes entre su vehículo y la lancha para llevar bolsos, maletas y ropa. Poco antes de las diez sale a navegar y regresa a las once y media. Compra un cargador en una gasolinera cercana, carga la batería en la garita del vigilante del muelle deportivo y a las doce y media zarpa por última vez.

Como consecuencia de la desaparición, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Güímar incoa diligencias previas por la presunta comisión de un delito de secuestro y declara la investigación bajo secreto de sumario. La Guardia Civil también encuentra restos de sangre en el baño de Tomás Gimeno. Finalmente se comprueba que son de él.