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Carlos Herrera  

 

COPE

La actualidad económica en 'Herrera en COPE' con el profesor Gay de Liébana. 

Frankfurt ve que en 2022 las cosas en la Zona Euro todavía no estarán donde debieran y que a Europa le falta el fuelle económico de EE. UU. y China, para volver a la normalidad

El BCE se mantiene firme ante el alza de los precios y proseguirá con su generosa política de estímulos. Frankfurt decide seguir comprando deuda pública de los fondos anti-pandemia y continúa con los tipos de interés en mínimos históricos. Madame Lagarde no se deja influenciar de momento por ese repunte de los precios (1,9% en mayo). Contexto económico más positivo y con buenas perspectivas y el BCE salvaguarda el rebote económico para minimizar riesgos. Y su programa de compras podría alargarse más allá de marzo de 2022 y hasta reajustar el fondo de 1.850 billones de euros de ser preciso. Leyendo entre líneas, Don Carlos, Frankfurt ve que en 2022 las cosas en la Zona Euro todavía no estarán donde debieran y que a Europa le falta el fuelle económico de EE. UU. y China, para volver a la normalidad, por ejemplo, en el básico sector turístico. Ahora, veremos qué decide la Reserva Federal porque en EE. UU. la inflación ha saltado al 5%, algo que no sucedía desde 2008, y claman las voces para que se proceda a retiradas de estímulos monetarios.

Y a todo eso, Don Carlos, los mercados parecen decantarse hacia posiciones más defensivas ante los cambios que se palpan en el ciclo monetario y económico. El bitcoin, con una bajada de hasta el 50% ha perdido su vitola de activo refugio convirtiéndose en activo con riesgo. Así que los tradicionales activos refugio de toda la vida acaparan la atención. Suben los diamantes y el oro, que vuelve a su cotización de enero, y los metales preciosos, mientras una de las divisas refugio por excelencia como es el franco suizo se revaloriza. Y como es habitual hablando de activos refugio la deuda pública de Estados Unidos y la de Alemania vuelven a convertirse en valores apetecidos. ¡Abrazos virtuales y entusiasmo a raudales, Don Carlos!