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Carlos Herrera  

 

COPE

La actualidad económica en 'Herrera en COPE' con el profesor Gay de Liébana. 

Barcelona no puede quedar en fuera de juego. Necesita un aeropuerto competitivo para progresar

Con la actividad recobrando su pulso, el consumo animado, los aviones despegan y aterrizan, los trenes rebosan encanto, los bares retornan a bullicios genuinos, los restaurantes recobran sus horarios. Hay ganas de gastar, pero siendo cautelosos que somos conscientes de las incertidumbres que depara el futuro. Demanda embalsada y ahorro forzoso necesitan desfogarse. Este segundo trimestre revivimos y el próximo, el del esperado verano, el consumo se acelerará y las ganas de viajar imprimirán fogosidad. Hoy en Barcelona, con diversas entidades participando, se celebra un acto para apoyar la ampliación de su aeropuerto convirtiéndolo en un hub internacional. España contará con sendos hubs aeroportuarios de magnitud: Madrid y Barcelona. Aeropuertos más grandes impulsan el tráfico aéreo, mayor programación de vuelos y rutas, conexiones que atraen a pasajeros procedentes de otros continentes, más relevancia en enlaces con Europa. Y eso genera valor no solo para una ciudad sino para toda su área de influencia. Un aeropuerto de envergadura y bien conectado con el mundo es puerta abierta para favorecer la actividad económica, desarrollar negocios, auspiciar inversiones, reforzar a otros actores económicos. Más congresos, ferias, más empleo, en fin, grandes aeropuertos son impulso económico. Atrás queda la época que íbamos en burro y a nado; hoy, aviones, trenes, barcos, automóviles propician movilización económica. Barcelona no puede quedar en fuera de juego. Necesita un aeropuerto competitivo para progresar.

En cambio, lo que no funciona, Don Carlos, es lo del Corredor Mediterráneo, incumpliéndose sus plazos de ejecución. Infraestructura vital para la industria, el comercio, la movilidad y el turismo de toda la zona mediterránea, enlazando con Europa. Los empresarios valencianos, con razón, están que trinan.