COPE

La actualidad económica en 'Herrera en COPE' con el profesor Gay de Liébana. 

La duda es si esos cambios serán simplemente temporales y pasajeros o duraderos. La pandemia ha cambiado muchos patrones. Por ejemplo, en el día a día de las familias. Que si los chavales van a la universidad o hacen las clases online, que si los padres trabajan presencialmente o teletrabajan. Que si nos movemos o no nos movemos, o sea, si hay o no movilidad. Que queremos casas con espacios, terraza y jardín porque si vuelven los confinamientos nos sentimos agobiados. Trabajamos en nuestras habitaciones, en el comedor, en el salón y hasta en el baño, Don Carlos. Y el comercio electrónico se ha convertido en firme aliado junto con la logística, con ambos sectores en pujanza. Por añadidura, la fatiga pandémica y las sombras sobre el futuro causan problemas de salud mental.

El empleo se ve fuertemente golpeado en distintos niveles laborales. Donde no hay ERTE igual hay ERE. Empresas que se reestructuran pensando en el nuevo mundo que llega. Y el trabajo se vuelve vulnerable, Don Carlos. Asalariados temporales, jóvenes trasquilados por la crisis de 2008 y la de ahora, empleados con baja cualificación y la población femenina. Si eso sigue así, durante los próximos meses no solo se acentuarán las malditas desigualdades, sino que se gripará la capacidad de nuestro crecimiento económico, con menos gente trabajando y mayores bolsas de desempleo. Y el fenómeno de la digitalización de momento implica más destrucción que creación de empleo. En fin, Don Carlos, que si duran más tiempo los males resultantes de la pandemia habrá que poner en tela de juicio la recuperación económica, acarrear con millones de personas desempleadas y la merma de nuestro capital productivo.