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Carlos Herrera  

 

COPE

La actualidad económica en 'Herrera en COPE' con el profesor Gay de Liébana. 

El raciocinio lo marcan las familias que salvando vicisitudes son capaces de rebajar su deuda. ¡Eso sí es una realidad y un ejemplo frente al subidón de deuda pública!

A veces uno tiene que frotarse los ojos para entender lo que se dice. Vuelvo a lo del Plan España 2050. Y no acabo de dar crédito a lo que veo. Moncloa estudiará una posible herencia pública universal para nuestros jóvenes. Es decir, que a cada chaval cuando cumpla determinada edad se le dará una dotación económica para que compre su primera vivienda, financie la puesta en marcha de un negocio o complete su formación. Este país o sus gobernantes no deja de sorprendernos. Por un lado, se pretende armonizar la fiscalidad autonómica para meterle una dentellada de tomo y lomo al Impuesto sobre Sucesiones, limitando bonificaciones y demás ventajas fiscales para que el legado del fallecido tribute más y más. Y, de repente, salen ahora nuestros gobernantes con la chimenea del plan “España 2050” pregonando que nuestros jóvenes recibirán dinero fresco, contante y sonante, cuando nuestras cuentas públicas hacen aguas, Don Carlos. Realmente, eso suena a tomadura de pelo en estado puro con el rollo de la España de 2050.

Vayamos a la España de 2021. Aquí el raciocinio lo marcan las familias que salvando vicisitudes son capaces de rebajar su deuda a 693.000 millones € en marzo, 3.000 millones menos que en diciembre de 2020 y por debajo de los 704.000 millones de diciembre de 2019. ¡Eso sí es una realidad y un ejemplo frente al subidón de deuda pública! Y las sociedades no financieras, haciendo malabarismos en este adverso acontecer, sitúan su deuda en 951.000 millones en marzo, 7.000 millones más que en diciembre de 2020 y por encima de los 895.000 millones de 2019. ¡Menos España 2050 de la tierra prometida, que el camino nos llevará 30 años, y más España 2021, Don Carlos!