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Carlos Herrera  

 

COPE

La actualidad económica en 'Herrera en COPE' con el profesor Gay de Liébana.

La EPA del primer trimestre de 2021 indica que son casi 3.700.000 las personas desempleadas en España, con una tasa de paro que roza el 16%. Con estos datos, Don Carlos, España encabeza el deshonroso ranking del paro en Europa y además en 1.226.200 hogares todos sus miembros se encuentran en situación de desempleo. El paro juvenil, con el 39,5%, es asimismo el más alto de toda la Unión Europea. Diría, Don Carlos, que algo hay que hacer. Sin embargo, como incrédulo que soy, digo que no se hace nada y que no hay la más mínima intención de hacerlo. Si esas tasas de desempleo desaniman al más optimista, a poco que consideremos el número de personas que están en ERTE, los autónomos sin actividad y otras circunstancias laborales, nuestro paro efectivo está en uno de los momentos más delicados de la historia de España.

Los jóvenes, divino tesoro en teoría, salen mal parados en asuntos de empleo, al igual que las personas de baja cualificación, mientras se constata una pérdida de empleo femenino. Sube el paro entre los mayores de 55 años y el 40% del desempleo corresponde a parados de larga duración. Si ese contexto es lúgubre, las cosas pueden empeorar. Muchas empresas están tramitando EREs, otras se hallan contra las cuerdas y las insolvencias, en forma de concursos de acreedores, condenarían a más trabajadores hacia el desempleo. Pero, además, estamos viviendo una vertiginosa aceleración de la transformación digital y de la automatización. Muchos de los empleos perdidos tendrán pocas probabilidades de recuperarse, por lo que sería necesario que desde los estamentos oficiales con carácter inmediato se reasignaran trabajadores entre sectores. Menos trabajo se traduce en menos ingresos y en menor producto para la economía española y en un futuro más duro, Don Carlos, para todos nosotros…