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Carlos Herrera  

 

COPE

La actualidad económica en 'Herrera en COPE' con el profesor Gay de Liébana.

Y viendo este desolador panorama, la pregunta que uno se formula es: ¿no sería mejor que España fuera intervenida por Europa?

Mientras hablamos, tengo delante los gráficos que he elaborado donde se plasma el déficit y la deuda de cada Estado miembro de la UE en 2020. Realmente causa pavor, estremece ver el saldo final de nuestras finanzas públicas en 2020. No solo eso, Don Carlos: uno siente vergüenza propia, por la parte que le incumbe, como español, y ajena, por la indudable incompetencia de quienes nos mandan. España asume el deshonor de ser el país de toda Europa con un mayor déficit público, equivalente al 11% del PIB en 2020. El saldo deficitario, por cierto, ha sido reajustado por parte de la Comisión Europea y si en principio nuestro Gobierno dio como déficit 113.172 millones de euros, finalmente Bruselas lo ajusta a 123.072 millones. Viendo la evolución de nuestro gasto público en 2020, el descuadre contable no responde, ni mucho menos, a ayudas y apoyo al mundo económico y empresarial por parte del Estado, que han sido mínimas entre las mínimas, sino al imparable gasto público que sigue con su inercia creciente y voluminosa que no cesa, confirmando la exagerada obesidad de las estructuras de Estado de España. Es aquí donde se requiere cirugía contable…

En lo concerniente a la deuda pública, España, después de Grecia, Italia y Portugal es el país con mayor volumen: 120% del PIB. En definitiva, el crónico cariz enfermizo de nuestras cuentas públicas constituye una seria vulnerabilidad para que la economía española remonte el vuelo. Y viendo este desolador panorama, la pregunta que uno se formula es: ¿no sería mejor que España fuera intervenida por Europa? De lo contrario, no sé si saldremos adelante con esta mochila a cuestas que equivale a una pesada e insostenible losa, Don Carlos.