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Carlos Herrera  

 

COPE

Salomé Pavón ha bebido del arte que había en su casa. Un goteo constante de música, baile y cante. Las zambombas se llevan celebrando desde hace más de cien años en las corralas de vecinos, donde convivían gitanos y no gitanos, humildes viviendo en comunidad. Algunas de esas familias no tenían comida y entonces, unos llevaban un pavo, otro un potaje, otros el jamón...

Su abuelo Manolo Caracol las hacía en su casa. Como él tenía el Tablao Los Canasteros en Madrid, venían todos los artistas después de trabajar: La Perla de Cádiz, la Paquera de Jerez, Cepero, Camarón…

Todo ese legado es al que ahora quiere rendir homenaje, con una idea de musical, donde hay más de 60 artistas implicados, con un planteamiento escénico inédito en el flamenco, que bebe del concepto de hitos teatrales como El Rey León o Anastasia para proporcionar a una música milenaria un vehículo de transmisión nuevo. “Cuento con grandes cantaores y bailaores”. Lo que necesita es financiación, porque el cariño y el arte ya lo llevan en las venas.