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Carlos Herrera  

 

COPE

La actualidad económica en 'Herrera en COPE' con el profesor Gay de Liébana.

No se puede negar que aquí, en Cataluña, se está dando una crisis industrial

2021 comportará cambios en nuestros perfiles económicos y, en concreto, industriales, Don Carlos. Sobre todo, en un país donde buena parte de nuestro tejido industrial pertenece a capital foráneo. Los repliegues económico-patrióticos, consecuencia de la Covid-19, dan lugar, de un lado, que es el de España, a deslocalizaciones industriales, y, de otro lado, que es el de otros países europeos o incluso más allá del Viejo Continente, a relocalizaciones industriales. Para entendernos: se cierran fábricas aquí y las actividades se trasladan a otros países europeos, por ejemplo, a Portugal, Polonia, Chequia y otros vecinos, donde el trabajo se considera cosa muy seria y la gente no está para monsergas. Cataluña, Don Carlos, se está viendo seriamente afectada por cierres fabriles: Continental, Bosch, Nissan, Te-Connectivity... No se puede negar que aquí se está dando una crisis industrial.

Es posible que el factor costes intervenga a la hora de deslocalizar industrias radicadas en España. Los costes operativos, los de la energía, las altas cotizaciones sociales, los impuestos que gravan el trabajo – la cuña fiscal –, muchos impuestos, juegan en contra. En el caso concreto de Cataluña, además, con el “procés” el panorama se complica. La inestabilidad política no ayuda a retener empresas extranjeras ni atraer nuevas inversiones industriales. Cataluña está cediendo en lo que siempre había sido su fuerte, la industria, y se va decantando hacia servicios de valor añadido inferior. Encima, Don Carlos, las penosas imágenes que dan la vuelta al mundo sobre los sucesos en el centro de Barcelona, ciudad donde campa la inseguridad, los asaltos a locales comerciales y oficinas bancarias, la delincuencia causando estragos, el pasotismo de los políticos catalanes, perfilan una lúgubre postal de Cataluña… ¿Puede impedirse ese declive?