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Carlos Herrera  

 

COPE

La actualidad económica en 'Herrera en COPE' con el profesor Gay de Liébana.

Quizás, Don Carlos, en la trama del paro haya sendas cotas psicológicamente preocupantes. Una, que el número de personas desempleadas alcance los 4 millones. Por desgracia, en febrero España tenía 4.008.789 personas en paro mientras la media de afiliados a la Seguridad Social fue de 18.850.112 afiliados. La segunda cota inquietante, Don Carlos, es la tasa de paro. Si ésta supera el 20% entramos en zona de turbulencias económicas. Si nos limitamos a los 4.008.789 de desempleados de la Seguridad Social, el paro en febrero fue del 17,4%, por encima del 16% de meses previos. Ahora bien, si consideramos que a 27 de febrero había 899.383 personas en ERTE, el paro potencial sería de 4.908.172 personas, lo que arroja una tasa de paro en ciernes del 21,4%. La situación, Don Carlos, empieza a ser grave, sobre todo si pensamos en las posibilidades de recolocación de quienes hoy se encuentran sin trabajo. ¿En qué actividades y en qué sectores podrán reincorporarse al proceso productivo y, por tanto, volver a trabajar, Don Carlos?

Y mientras en España el paro vuelve a golpear con fuerza, en otros países europeos sus tasas son inferiores al 5%, y en el peor de los casos menores al 9%. Ese triste panorama laboral, Don Carlos, no es más que la viva y cruel estampa de una economía en la cuerda floja, que sigue perdida y sin encontrar la salida del laberinto crítico, a diferencia de otros países que gracias al efecto de la vacuna ya están en vías de recuperación. El gran hándicap para recolocar a quienes hoy se encuentran sin trabajo es que en España seguimos con restricciones severas a la movilidad, en un país cuya economía depende esencialmente de los servicios: turismo, hostelería, ocio, comercio, en fin, lo que denominamos “industrias sociales”. Y si los servicios no tiran, nos quedamos sin trabajo, Don Carlos