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Carlos Herrera  

 

COPE

La actualidad económica en 'Herrera en COPE' con el profesor Gay de Liébana.

Europa quiere aprovechar la presidencia de Biden en EE.UU para mejorar las relaciones comerciales, cuestión determinante, Don Carlos, cuando el mundo vive bajo tensiones geopolíticas y sometido a convulsiones económicas. La UE basa gran parte de su fuerza en políticas comerciales y su aperturismo hacia mercados exteriores, con fuerte componente exportador. El proteccionismo de Trump castigó a Europa. Ahora, el objetivo es recomponer ententes cordiales con la Casa Blanca y así reiniciar una etapa en la que el multilateralismo sea decisivo para reactivar el elenco económico. El Viejo Continente es consciente de que pierde el paso respecto a China. Nuestra dependencia del gigante asiático queda en evidencia durante estos meses de pandemia, además de nuestra inferior condición competitiva. Si no hubiera sido por China, acá seguiríamos con escasez de equipamientos médicos y sanitarios. Esta vulnerabilidad ha abierto los ojos a la Europa trasnochada sobre la importancia de gozar de autonomía estratégica.

Por eso, el propósito, Don Carlos, es el de relocalizar industrias estratégicas. Pero falta un vigoroso y fructífero acuerdo comercial con los EE.UU de Biden. Sería una manera de reforzar los acuerdos comerciales con Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay), exportando las empresas europeas productos industriales e importando de allí productos agrícolas y ganaderos. Con Reino Unido, el post-Brexit está por ver qué depara. Falló el ansiado Tratado Transatlántico de Libre Comercio e Inversión (TTIP), acuerdo que hubiera dado fluidez a los intercambios entre la UE y EE.UU, pero Trump lo zanjó. Con Japón, Europa tiene una buena relación. Y el CETA, el pacto comercial con Canadá tiene flecos, pese a que entró en vigor provisionalmente en 2017, al haberse ratificado solo por 16 Estados de los 27 miembros de la UE. ¡Veremos, Don Carlos!