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Carlos Herrera  

 

COPE

La actualidad económica en 'Herrera en COPE' con el profesor Gay de Liébana.

La esperanza económica descansa en la vacunación, en el concordato entre la UE y Reino Unido, en los fondos de reconstrucción europeos y en Biden

La pandemia por sí misma, el derrumbe económico sobrevenido, las intrigas en las acciones de los poderes públicos para echar el resto y todos los arcanos en torno al proceso de vacunación, serían ingredientes naturales para cocer un buen guion de esas series de Netflix, HBO, Movistar, Filmin, Amazon, Apple…, que con tanto confinamiento devoramos. Me imagino al cínico Frank Underwood y a su esposa Claire, los amos de House of Cards, maquinando increíbles estratagemas sobre las vacunas; secretos de alcoba aparte… Con todo, la serie económica continúa su andadura, Don Carlos. Y el BCE, como ayer anticipábamos, mantiene su partitura. Tipos de interés al cero, inyecciones monetarias a granel. Christine Lagarde sigue sin verlo claro. Y Frankfurt tiene que seguir apoyando sin condiciones a una economía de la zona euro retraída por los azotes pandémicos. 2021 no será el anhelado año de la inflexión poniendo punto final a una negra temporada, sino la continuidad de un 2020 desastroso. Y a corto plazo esa será la tónica.

Si en los próximos meses se diera un giro en los acontecimientos, el BCE podría dosificar sus cartuchos monetarios. Es decir, que las compras netas del programa de emergencia, el PEPP, dotado con 1,850 billones de euros siguen vivas hasta marzo de 2022. Ahora bien, el dinero solo fluirá si es absolutamente necesario. Por tanto, la política monetaria acomodaticia persevera. La esperanza económica descansa en la vacunación, en el concordato entre la UE y Reino Unido, en los fondos de reconstrucción europeos y en el nuevo inquilino de la Casa Blanca, Biden. Lo negativo: rebrotes y cepas del virus, sectores económicos con nula o escasa actividad, como los servicios y el comercio minorista, en hibernación. Confiemos en las astucias de Underwood. El cinismo de Frank nunca pierde, sino que encandila, Don Carlos.