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Carlos Herrera  

 

COPE

Publica nuevo libro "Utilidad de las desgracias"

Lleva muchos años viviendo en lo que él llama la Valladolid de Alemania. Se enamoró de una alemana en Zaragoza, y por eso está allí: su primera gran decisión. Hasta 2009 también era profesor de lengua española a hijos y nietos de emigrantes, pero se aventuró a dejarlo, y fue su otra gran decisión.

Sus éxitos, son fruto de la soledad de muchas horas. Mucho trabajo en solitario juntando letras. Es Fernando Aramburu, que después de llegar al éxito pleno, es cribe una especia de memoria colectiva en “Utilidad de las desgracia”. “He introducido cuestiones que pienso, contar mi pasado, un dibujo de mi generación”. Las historias tienen un filtro moral, “que cuando uno ejerza la literatura, que aporte algo”. No hacer daño, y escribir con cierto gusto, son las premisas de Aramburu, que creció sin libros, pero que todo lo que tenía era fruto del esfuerzo.

“A fuerza de lecturas me he ido haciendo el hombre que soy”, por eso los libros le hicieron libre, “tuve mucha emoción y me libré del destino que tenía mi generación, como trabajar en una fábrica, cosa que no me apetecía”. “Tuve una iluminación por un buen profesor, que me enseñó que había vidas interesantes, y que las personas que tenían esas vidas interesantes, dominaban la lengua”. Ese camino creativo, hizo que empezara a escribir, “al principio obras muy defectuosas pero ahora me ha dado un argumento”.

“Yo fui ese niño al que hoy en día hubieran llevado al psicólogo, y mi padre me sobornaba con 40 duros para que me fuera por ahí”, se refiere a irse y dejar la lectura empedernida de libros del siglo de oro, que para un niño como él, era muy de niño rarito. Además leía en voz alta, con palabras que iba aprendiendo y “era una manera de adiestrar el oído”.

En Alemania también adiestró el oído para aprender alemán, y con el miedo de oxidar su idioma materno, “y eso me puso en una situación algo psicótica pero me obligué a sacar mi idioma materno fuera de mí, y estudiarlo más”.

En los años 70 estuvo igual de expuesto a la propaganda que cualquiera, y podría haber acabado en una organización terrorista, pero los libros le abrieron la ventana a otras formas de pensamiento. El éxito de “Patria” está en esa capacidad para salir de ahí, por eso el éxito es mundial. “No me parecía fácil tratar un asunto tan doloroso, que era una realidad particularmente en mi tierra natal”. Asique hubo algún pre Patria, antes de que llegase la novela. “Patria toca nervios que también existen en otros países”.

Como profesor que fue, le preocupa los cambios de leyes y legislaciones de lengua: “A cambio de unos votos, se deja cierta mano ancha al legislador independentista para que haga de su capa un sayo, y no hay un fundamento pedagógico y eso sí me preocupa”. Se ha postulado seriamente en los asuntos educativos, y cree que debe ser legislado por otras personas aparte “que tengan relación directa, con la docencia”.

Su último libro no se traducirá en 30 idiomas, aunque ya está en italiano “pero son más bien de consumo interno”. Servirá para que haya alguien al otro lado de las páginas, que como un Fernando de 16 años, quiera escapar de su realidad, y poder soñar con algo más.

COMPRAR EL LIBROSu infancia en un arrabal de San Sebastián, su memoria del dolor en los años oscuros en el País Vasco, su experiencia como maestro en Alemania, sus rituales a la hora de escribir y de encontrarse con los lectores, algunos paseos y viajes, las lecciones extraídas de una atenta lectura de Albert Camus: este volumen reúne los mejores artículos literarios de Fernando Aramburu.

Son piezas deliciosas cargadas de humor, sensibilidad y sabiduría, y pueden leerse como apuntes narrativos, retazos de memorias o como un pequeño tratado vital a partir de unas cuantas certezas que sirven como brújula moral.

Un libro acogedor, en la senda del humanismo, sereno, colorista, de gusto por los detalles cotidianos, de celebración de los pájaros y las ardillas, de amor a la literatura y de humor contra las pedanterías, de ridiculización de los fanáticos y de solidaridad con las víctimas.