COPE

La actualidad económica en 'Herrera en COPE' con el profesor Gay de Liébana.

El profesor apuesta por una "reindustrialización potente, con servicios de alto valor añadido" y revisar el sistema productivo para crear "empleo de calidad" 

Pues nada, Don Carlos, que sigo dándole vueltas al asunto de esos 72.000 millones de euros que Europa nos regalará para reconstruirnosy a los 800.000 empleos que se crearán en tres años. Europa, de hecho, no nos regalará nada. La UE-27 tendrá que endeudarse para dar a los Estados miembros esas ayuditas. Y, como es obvio, las aportaciones de España al presupuesto de la UE aumentarán en el futuro. ¿De dónde saldrá el dinerito de las mayores contribuciones españolas a la UE para que ésta pague su deuda? De nuestros bolsillos en forma de nuevos e imaginativos tributos que se parirán, por lo menos por 72.000 millones de euros. Así que mucho boato, pero no saldrá gratis…

Con lo de los 800.000 empleos, que como decía el apreciado Pedro Ruiz, igual son 800 o 1.000, tengo otra duda: ¿dónde trabajarán y cómo lo harán? Porque supongo que se trata de animar al sector privado, no de cargar con más efectivos el obeso sector público. Lo digo porque hoy tenemos entre ERTE y paro a más de 4 millones de personas, consecuencia de la estructura económica de España. La solución para crear empleo de calidad es contar con reindustrialización potente, con servicios de alto valor añadido, con un sector agroalimentario recio, con un arrollador componente tecnológico, con innovación constante, dándole a la digitalización, e irradiando robustez hacia otros sectores económicos, al socaire de la transición ecológica. Y eso exige que todo tipo de empresas avancen, de grandes a pequeñas, en pro del desarrollo inclusivo. Pero, a la vez, Don Carlos, hay que fortalecer muchísimo nuestro capital humano, formando a jóvenes y mayores para que estén en condiciones de integrarse en un nuevo modelo productivo que, como su nombre indica, ha de tener como eje fundamental la productividad, asignatura donde España flojea, Don Carlos…